"Sánchez ha reducido el problema de la vivienda en una simple cuestión de propietarios ricos contra inquilinos pobres"
José Luis Pérez, director de 'TRECE Al Día', analiza las palabras del presidente del Gobierno sobre la situación del acceso a la vivienda y muestra con datos cuál es la realidad
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Cuando un gobierno entra en un proceso de degradación paulatina, como el que parece haber entrado el de Pedro Sánchez, resulta realmente complicado recuperar la iniciativa política. Hoy el presidente lo ha intentado, y lo ha intentado volviendo a una de sus estrategias favoritas. El muro.
Seis años después de llegar a la Moncloa y decenas de miles de promesas incumplidas en forma de viviendas no construidas, hoy el presidente ha reducido el problema real, muy serio, muy doloroso del acceso a la vivienda, lo ha convertido en una simple cuestión de propietarios ricos contra inquilinos pobres: “Y sé que si no reaccionamos con contundencia, pues la sociedad española, como el resto de la sociedad occidental, particularmente la europea, pues acabará dividida en dos clases. Y yo no quiero una España donde haya propietarios ricos e inquilinos pobres”.
Parece evidente que a falta de soluciones, tras seis años de gobierno, es mucho más sencillo colocarse el primero en la pancarta y señalar un supuesto y, por supuesto, muy malvado culpable, los propietarios ricachones. Lo que tenemos que preguntarnos es si esa manera de escurrir el bulto, queriendo enfrentar a inquilinos con propietarios, se corresponde en algo con la realidad de lo que dicen los datos.
De entrada, lo que hace Sánchez es dejar a los pies de los caballos a su propia ministra de vivienda, que hace solo unos meses decía justo lo contrario de lo que hoy ha sostenido el presidente. Ella dice, reconoce, que la mayoría de los propietarios son gente, muchos personas mayores, que han dedicado toda una vida de esfuerzo y de trabajo para poder comprar una segunda vivienda y completar ahora sus ingresos. ¿Qué creen que la ministra nunca pudo decir algo así? Lo dijo. Vean, lo dijo: “Y quiero tener también un mensaje de tranquilidad y de esperanza, de sensibilidad con los pequeños propietarios. Tranquilidad, porque este gobierno pisa la calle y somos conscientes de que en España muchas personas, especialmente personas mayores, dedicaron todo su esfuerzo, todo su trabajo, todos sus ahorros a la compra de una segunda vivienda que hoy complementa sus rentas. A ellos también les vamos a proteger”.
Pues lo cierto es que la realidad que dibujan los datos del Banco de España, su ministro Escrivá se lo podría haber dicho a Sánchez, se parece mucho más a la descripción que acaba de hacer la ministra que al relato simplón de buenos contra malos que quiere azuzar el presidente. Porque lo que el Banco de España demuestra con esos datos es que el 92% de los 3,6 millones de casas en alquiler son propiedad de pequeños propietarios, de gente que ha dedicado toda una vida de esfuerzos para poder pagarlo. Dice incluso más el Banco de España, de esa inmensa mayoría del 92% de pequeños propietarios, es que el 90% de ellos solo tiene una vivienda más, además de aquella en la que viven. De manera que no parece que el perfil de propietarios se corresponda con el cliché que hoy ha hecho suyo el presidente del Gobierno, que se ve que está más preocupado por otras cosas que por conocer la realidad del país que preside.
Pero más allá de la irresponsabilidad de un presidente queriendo enfrentar a inquilinos con propietarios, que ya es ir bastante más allá, el dato tiene otra derivada. Porque mientras el presidente enarbola el eslogan fácil y falso de que la culpa es de los propietarios que se quieren hacer ricos, sus socios de gobierno lo que piden es que se intervenga el mercado de la vivienda. Bien, valoremos esa opción. Lo está pidiendo una parte del gobierno. Lógicamente, para que una medida tenga cierta incidencia en el problema que trata de atajar, debe aplicarse sobre la mayoría del mercado en el que se pretende intervenir. Porque intervenir las casas en manos de los grandes propietarios, que hemos visto solo el 8%, apenas tendría trascendencia y desde luego estaría muy lejos, lejísimos de solucionar ningún problema. Luego la intervención de la que habla parte del Gobierno necesariamente afectaría a los que mayoritariamente son los propietarios de la vivienda. Lo acabamos de decir, ¿cómo era ministra? “Gente, en su mayoría personas mayores, que han dedicado toda una vida de esfuerzo y trabajo para poder pagar una segunda residencia que complemente sus ingresos”. ¿Son ellos los culpables? ¿Hay que expropiarles toda su vida de esfuerzo y de trabajo? "El gobierno más social de la historia", decían.