Así fue el ‘robo del siglo’: el día en que la enigmática sonrisa de la Mona Lisa de Da Vinci alcanzó la fama
El 21 de agosto de 1911 el cuadro desaparecía de las paredes del Museo del Loovre
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Lunes 21 de agosto de 1911. 7 de la mañana en París, Francia. La ciudad duerme todavía, ya que como cuentan –en aquella época- cuando los parisinos salían de fiesta o aprovechaba para reunirse con amigos o familiares era la noche de los domingos; por eso, los lunes en la capital francesa era el día de descanso y en el que todo permanecía cerrado.
Es el día ideal para perpetrar uno de los robos más sonados de la historia, o el denominado ‘robo del siglo’ que convirtió al cuadro de Mona Lisa, o La Gioconda, de Leonardo da Vinci en el más famoso del mundo.
Así fue el 'robo del siglo', cuando la Mona Lisa alcanzó la fama
El Museo del Louvre permanecía cerrado, en su interior se encontraban algunos obreros, personal de seguridad y el autor del robo al que nadie vio. En el salón Carré se exponía el cuadro de La Gioconda, que el ladrón descolgó de la pared dejando tan solo el marco llevándose el lienzo de la obra de Da Vinci. Sobre las 8:30h de esa mañana, a esa hora el autor del robo salía de la pinacoteca sin dejar huella ni rastro del ‘crimen’ perpetrado.
Sin embargo, ese lunes nadie se percató de lo ocurrido y no fue hasta el día siguiente, 22 de agosto, una vez que el Louvre abría de nuevo sus puertas cuando se dieron cuenta de lo ocurrido. Pero ni siquiera fueron los trabajadores del Museo los que dieron la voz de alarma, sino un pintor aficionado que ese martes había acudido al Louvre para copiar la Mona Lisa se encontró el hueco, en el que debería estar colgado el cuadro, vacío.
Aunque en ese momento no le da importancia alguna, ya que las obras de la pinacoteca solían moverla para fotografiarlas, sí que pasado un rato decidió preguntar a uno de los empleados del Museo por La Gioconda. Es en ese momento cuando se disparan todas las alarmas ante la desaparición del cuadro, 24 horas después de su robo.
El Louvre cierra sus puertas, desde ese día, algo más de una semana y comienza una intensa e incesante búsqueda del cuadro del pintor italiano de más de dos años. El 29 de agosto, la pinacoteca vuelve a abrir y bate el récord de visitantes que asistían al Museo para contemplar el espacio vacío que había quedado en la pared del salón Carré desde que robaron la Mona Lisa.
Es desde este día en el que se conoce el robo del cuadro cuando La Gioconda se convierte en el cuadro más famoso del mundo, tanto que la ‘enigmática sonrisa’ de la Mona Lisa se convierte en auténtico icono y en una celebridad al nivel de las estrellas de cine y de cantantes. No había un solo rincón de París en la que no apareciera el rostro de la obra de Da Vinci.
La prensa, que se hizo eco del robo desde un primer momento en el que se conoció su desaparición, ayudó a alimentar la leyenda de esta obra, informando de cada mínimo detalle que se conocía sobre su hurto.
Dos años sin saber nada de la Gioconda ni del ladrón
Numerosas fueron las hipótesis que se barajaron sobre el autor o autores del robo, y de cómo pudieron llevar a cabo la sustracción de la obra sin ser descubierto. Durante los labores de investigación de la Policía se llegó a interrogar como sospechosos al mismísimo Pablo Picasso y Guillaume Apollanaire, que ya habían sustraído algunas obras del Louvre.
Pasaban los meses y nada se sabía del autor del robo ni del cuadro hasta que, finalmente, dos años y cuatro meses después en la ciudad italiana de Florencia aparecía una pista sobre el paradero del cuadro.
Diciembre de 1913: primera pista
Era el año 1913, diciembre, cuando un tal ‘Leonardo’ (así se hace llamar) se pone en contacto con un famoso anticuario de Florencia, el señor Gueri, a quien le ofrece un cuadro único y exclusivo. Tras concertar una cita en un hotel de la ciudad italiana, al anticuario le acompaña el director de la Galería de los Uffizi, que acuden al encuentro con el tal ‘Leonardo’ para certificar la obra de la que le ha hablado.
Una vez visto el cuadro y certificada su autenticidad, el anticuario avisa a la Policía de lo sucedido y horas más tarde atrapa a uno de los ladrones más buscados de los últimos tiempos.
Vincenzo Peruggia, el ladrón más buscado de los últimos tiempos
Vincenzo Peruggia es la persona que se escondía bajo ese falso ‘Leonardo’, un antiguo trabajador del Museo del Louvre, que fue quien robó la famosa obra el 21 de agosto de 1911. El ladrón, que se había encargado de instalar una puerta de vidrio para proteger el cuadro cuando trabajaba en la pinacoteca, aprovechó aquella mañana del lunes de 21 de agosto de 1911 en la que el Museo estaba cerrado para perpetrar el robo.
Todavía conservaba la bata blanca de cuando trabaja allí, y como ese día se encontraban trabajando en el Museo algunos obreros, Peruggia pasó desapercibido y nada sospechosa su presencia allí.
Una vez detenido, Peruggia confesó que había realizado “un acto de patriotismo” ya que su intención no era otra que devolver ese cuadro a su país, Italia, pues creía que Napoleón lo había robado para llevárselo a Francia a principios del siglo XIX. Pero el autor del robo estaba equivocado ya que fue el Rey Francisco I de Francia quien ese mismo siglo compró la Mona Lisa convirtiéndose, desde entonces, en propiedad del Estado francés
Vincenzo fue condenado a un año y 15 días de cárcel , aunque finalmente solo cumplió una condena de 7 meses y 9 días.
4 de enero de 1914: La Gioconda regresa a casa
Finalmente, La Gioconda regresaba a París el 4 de enero de 1914 bajo una gran expectación mediática. Antes de volver a su ciudad, el cuadro de Mona Lisa se expuso en algunas de las más prestigiosas galerías italianas como la Galería de los Uffizi de Florencia; la Galería Borghese de Roma y en la galería Brera de Milán.
Se expone en la sala de los Estados, la más grande del Museo del Louvre
Actualmente, la obra de Da Vinci se expone en la sala de los Estados, la sala más grande del Museo del Louvre, ocupando el lugar de honor de la misma desde el año 2005. El cuadro está protegido por una vitrina como media de seguridad y, también, de conservación de una de las obras más famosas del mundo.
La pinacoteca parisina es la más visitada del mundo y, según informa el propio Museo, en 2021 recibieron la visita de 2,8 millones de visitantes. Ya en 2019 se informó de que cerca de 20.000 personas al día visitaban a la ‘sonrisa enigmática’ más célebre.