De cuando Emilia Pardo Bazán intentó enmendarle la plana a sir Arthur Conan Doyle

Con motivo del centenario de su muerte, se publica Selva una novela negra inédita

Emilia Pardo Bazán

Sefi García

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

De doña Emilia sabemos ya muchas cosas: condesa de Pardo Bazán, noble, novelista, periodista, feminista, ensayista, crítica literaria, poetisa, dramaturga, traductora, editora, catedrática y conferenciante española y, sobre todo, introductora del naturalismo en España. De su relación con Pérez Galdós, las cartas… pero esta mujer extraordinaria no se amedrentó ante nada y escribió incluso relatos policíacos. Con motivo de su centenario, se ha recuperado uno inédito “Selva”, que dejó escrito en apenas 172 cuartillas y que apenas dos semanas después de su publicación ya va por la segunda edición. El tirón popular de la autora de “los pazos de Ulloa” sigue siendo 100 años después de su fallecimiento, todo un “pelotazo”. Tocó todos los géneros, desde la novela social parando por el género histórico hasta el naturalista, en los más de mil cuentos y 60 novelas que publicó en vida. No podía faltar la novela negra, claro. Escribió solo dos.

El catedrático de literatura Chema Paz Gago cuenta a COPE como se fraguó su interés por el género detectivesco: “como mujer interesada en todo lo que ocurría en su tiempo, en la moda en la tecnología y en los estilos literarios predominantes, conocía a Conan Doyle, de hecho, se han localizado al menos 4 títulos en su biblioteca. Ella, ni corta ni perezosa, se dice ‘bueno…estas novelejas no están a la altura. Yo le voy a enseñar cómo se escribe una buena novela policíaca al autor ingles’”. Y así nace su personaje, Selva, con el que se estrena en el género en “la gota de sangre” (1.911) un título que ya tuvo mucho tirón en la época (más allá de un cuento corto “la cana”), en esa obra ya anunciaba que habría continuación, pero no sacó a la luz ninguna más.

Ignacio Selva está concebido como “una especie de Sherlock Holmes castizo”. En este caso, el detective tiene que resolver un robo de obras de arte llevado a cabo por una red internacional. “esta novela-explica el profesor-tiene ingredientes interesantísimos del género que pueden hacer las delicias de sus seguidores. Por ejemplo, en el género hay ese pulso habitual entre el detective que es el listo, y la policía que es la tonta, Holmes le enmendaba la plana a los policías ingleses de Scotland Yard que eran muy lentos, Agatha Christie también enfrentó a Poirot con la policía, una década después de las novelas escritas por Pardo Bazán”. En sus novelas negras, este ingrediente no falta porque enfrenta a “Selva con un policía madrileño, Cordelero, que es muy malo, y que continuamente intenta incriminar y encarcelar al detective”. Para Paz Gago “esto denota una maestría extraordinaria en el género por parte de doña Emilia que siempre logra que la intriga nos lleve a hacer sospechoso a Ignacio Selva”.

Y hasta ahí la incursión de la intelectual gallega en el mundo de la novela negra. No pudo con sir Arthur Conan Doyle, pero al menos lo intentó.

A doña Emilia se la llevó un 12 de mayo de 1.921 un rebrote de la mal llamada gripe española. En pocos días. Sus restos mortales reposan en Madrid, en la cripta familiar de la iglesia de la Concepción, ubicada en el barrio de Salamanca, rodeada de su familia y de los cientos de

personajes que aun pululan por el mundo, de su maestría describiendo el mundo que le tocó vivir…. Pocos lo saben. Nos lo ha contado el catedrático.

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