Contra el mito de que leer te hace mejor persona

Se ha instalado la creencia de que la lectura es el camino para formar seres virtuosos. De que leer es algo necesariamente bueno, sin importar el qué, a quién y cómo se lee

Día del Libro

Marcelino Abad

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

“Leer ayuda a ponerse en el lugar de los demás”. “Leer sirve para alcanzar tus metas”. “Leer te hace atractivo”. Son algunas de las máximas acuñadas por diferentes campañas de fomento de la lectura. Aparentemente recogen una verdad universal. Como bálsamo de Fierabrás, parecen decir: “Abre un libro y te convertirás en mejor persona, redimirás tu ignorancia y morarás con Minerva en el olimpo de la sabiduría”. Pero, ¿y si leer no (necesariamente) fuera algo bueno?

El profesor de Literatura de la Universidad Ceu San Pablo, Fernando Ariza, esboza la respuesta. “Leer no te hace mejor persona. Muchos grandes autores fueron pésimos individuos. Sin embargo, sí te hace más persona”. A su juicio, se ha instalado la creencia de que la lectura es el camino para formar seres virtuosos. De que leer es algo necesariamente bueno, sin importar el qué, a quién y cómo se lee.

“Es bueno leer porque adquieres conocimientos y experiencias que cambian tu forma de ver la vida. Pero hay libros que no aportan nada. Lo importante no es la cantidad sino que descubras ideas nuevas una vez que acabas una obra. Que deje un poso que trascienda a la historia o al argumento”, explica. Por eso, recomienda “leer con lápiz, comprendiendo y analizando lo que se lee”, pues leer a granel “no tiene especial interés”.

"Leer no te hace mejor persona. Muchos grandes autores fueron pésimos individuos. Sin embargo, sí te hace más persona”

Ariza es consciente de que existe cierta superioridad moral entre quienes han leído a los clásicos, los llamados “culturetas”, pues en un ejercicio de esnobismo observan a los demás como seres de despreciable ignorancia. Por eso, dice que “hay que reparar en el nivel cultural de las personas” y no erigirse en “censor” de lo bueno y lo malo. Sí les emplaza a hacer crítica, pues “no todas las obras por el hecho de estar escritas por autores consagrados son buenas”.

En este sentido, explica que actualmente existen “dos niveles de literatura: libros orientados a la gran masa que son más planos desde el punto de vista literario y otros con mayor profundidad”, aunque no siempre fue así. “Por ejemplo, ‘El Quijote’ fue un ‘best seller’ y a Shakespeare lo aplaudían las clases populares, pero especialmente a partir del siglo XIX se produce un distanciamiento que da lugar a un tipo de literatura más compleja”, no apta para todos los públicos.

"INFLUENCERS" VENIDOS A MÁS: HAY LITERATURA Y HAY LIBROS

El profesor sí critica que cuando se habla de lectura tanto dé seguir a un Premio Nobel de Literatura o a un escritor –entendiendo como tal al que se dedica profesionalmente a escribir- que al último “influencer” de moda o al personaje de televisión que de repente muda en literato. A este respecto, señala que “hay literatura y hay libros”.  Por no hablar de los personajes públicos que figuran como autores de determinadas obras cuya autoría reivindican otros desconocidos.

El escritor, periodista y editor Toño Angulo pone el foco de atención en cómo influyen los departamentos de marketing de las editoriales en la producción literaria. “Establecen lo que la gente quiere leer apisonando toda posible disidencia del autor”, explica. “Si el fenómeno de ventas está en los libros sobre erotismo, hay que escribir sobre eso, sacando las entregas en tiempos muy marcados. Para colmo, muchas veces esos mismos departamentos cobran más dinero que el propio escritor”, señala.

Angulo explica que actualmente “se produce mucha basura”. Sin embargo, prefiere eso a épocas anteriores en las que tanto la escritura como la lectura estaban limitadas a determinados estratos sociales. “Todo proceso de democratización es positivo aunque como contrapartida venga con una bolsa de mierda”, subraya.

"Actualmente se produce mucha basura. Todo proceso de democratización es positivo, aunque venga con una bolsa de mierda"

EL 40,3% DE LOS ESPAÑOLES NO LEE NUNCA O CASI NUNCA

Según dispone el  informe “El sector del libro en España” del Ministerio de Cultura (octubre 2017), el país “es el noveno mercado del libro más grande del mundo, con un volumen de ventas de 2.889 millones de euros", lo que supone aproximadamente el 1% del PIB.

Pese a ello, el 40,3% de españoles no leen nunca o casi nunca, según recoge el Barómetro de 2017 de la Federación de Gremios de Editores de España. Aún así, es llamativo cómo en redes sociales como Instagram o Facebook muchas personas aparecen leyendo o posando con libros.

En opinión de Angulo, esto se circunscribe a la sociedad de “cartón piedra” que impera en la actualidad. “Pero no es algo que se restrinja al ámbito de la lectura” sino que responde a la necesidad constante de contarlo todo. “Vivimos en la era de la imagen y lo digital” y leer queda bien.

Como dijo el escritor estadounidense Paul Auster al recoger el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006, “un libro nunca ha alimentado el estómago de un niño hambriento. Un libro nunca ha impedido que la bala penetre en el cuerpo de la víctima. Un libro nunca ha evitado que una bomba caiga sobre civiles inocentes en el fragor de una guerra. Hay quien cree que una apreciación entusiasta del arte puede hacernos realmente mejores: más justos, más decentes, más sensibles, más comprensivos. Y quizá sea cierto; en algunos casos, raros y aislados. Pero no olvidemos que Hitler empezó siendo artista. Los tiranos y dictadores leen novelas. Los asesinos leen literatura en la cárcel. ¿Y quién puede decir que no disfrutan de los libros tanto como el que más?”.

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