El día que una empleada de Pixar rescató de la basura 'Toy Story 2' gracias al teletrabajo
En 1998 la película que estaban montando en los prestigiosos estudios se borró sin una copia de seguridad
Publicado el - Actualizado
5 min lectura
Podemos decir, sin ningún tipo de duda, que los estudios de Pixar han cambiado las películas de animación para siempre. Desde que se creó a mediados de la década de los 80, tenían claro que venían a revolucionar el cine, aunque no fue hasta 1995 que lo dejaron claro.
Porque fue en ese año cuando lanzaron su primer largometraje, que, por cierto, se ha convertido en todo un clásico del cine: Toy Story. Esa historia en donde los juguetes de un niño cobraban vida cuando él no los miraba, dándonos una perspectiva muy diferente de nuestra infancia.
Una película que se convirtió rápidamente en una de las más aclamadas del panorama, recibiendo cuatro nominaciones a los Premios Óscar y ocho premios Annie, que reconocen los mejores trabajos de animación.
Apabullados por el éxito, decidieron ponerse manos a la obra para crear una secuela que mantuviera intacta la esencia de la primera, pero que nos regalara una historia completamente diferente.
Así empezaron a crear Toy Story 2, cuya idea inicial era lanzarla directamente en VHS, y hacerla con menos presupuesto, ya que los principales trabajadores estaban inmersos en su siguiente proyecto: Bichos: una aventura en miniatura.
Aun así, decidieron cambiar de parecer y hacerla para estrenarla en el cine, teniendo, eso sí, poco tiempo y contando con caras nuevas en el equipo.
Esta vez, quisieron contar una historia sobre lo importantes que eran los juguetes no solo para los niños, sino para los adultos, poniendo de protagonista a Al McWhiggin, un coleccionista de los juguetes de una serie de los años 50 donde Woody era el protagonista.
El reto era mayúsculo, y es que tenían que tener la película lista en tan solo nueve meses. Al cargo de ello, unas 150 personas que, sin saberlo, se enfrentarían a algo todavía peor: la película se había borrado de todos los archivos sin una copia de seguridad.
Cómo una de las películas más famosas terminó en la basura
Era 1998 cuando Oren Jacob, el que era director técnico asociado de Toy Story 2, decidió repasar una escena de Woody en concreto, cuando se dio cuenta de que no había ninguna película en los servidores de la empresa.
Donde tenía que haber varios archivos creados de la película, había solo cuatro, lo que significaba que se habían perdido meses de trabajo y horas del largometraje.
“El ordenador principal dejó de funcionar, y aunque algunos estaban animando y podían trabajar sobre ello, en algún momento necesitarían ir a ese ordenador y extraer datos” contaba Jacob, quien fue el primero en descubrir este fallo.
“El resto de ordenadores dejaron de funcionar y aunque volvieron a hacerlo una hora después, evaluamos los daños que se habían producido, se había borrado el 90% de lo que teníamos de película” terminaba contando.
Lo peor de todo llegaría después, cuando intentaron acceder a la copia de seguridad para poder restaurar todo lo que habían perdido. Pero, desafortunadamente, no surtió efecto, porque cuando en la copia de seguridad se almacenaban más de 4 gigas, dejaba de guardar nada más.
Comenzaron a trabajar con esa copia de seguridad para restaurar alguno de esos contenidos, algo que fueron haciendo durante la semana siguiente.
Consiguieron recuperar parte del material, pero enseguida se dieron cuenta de que muchos de los archivos estaban corruptos y que era imposible tenerlos.
"Ese trabajo se había perdido definitivamente” recordaba Jacob más tarde. Se dieron cuenta de que no había una solución posible, que no se podía recuperar y que las copias de seguridad estaban rotas.
Por eso, decidieron reunir a los jefes de Pixar y al resto del equipo para comunicarles que el proyecto en el que estaban trabajando a contrarreloj, era imposible de sacar adelante.
Una reunión en la que todos suspiraron llevándose las manos a la cabeza, menos una: Galyn Susman.
Cuando una sola mujer salvó a todo un equipo
“Tengo una de las máquinas en mi casa” se escuchó decir en esa reunión. La voz era de Galyn Susman, la directora de supervisión técnica de la película.
Ella fue pionera en esto del teletrabajo, porque acababa de dar a luz a su hijo Eli, y pidió que le instalaran uno de los ordenadores de trabajo en su casa. Fue entonces cuando se dio cuenta que, gracias a ello, sí había podido copiar los archivos de origen.
Después vendría la odisea: Jacob fue a casa de Susman, desmontaron la máquina y la envolvieron en mantas, atándola con los cinturones de seguridad del coche. Fueron rápido a los estudios de Pixar y empezaron a montarla allí.
Consiguieron recuperar muchos archivos, pero todavía quedaban unos cuantos. “Trabajamos desde el viernes hasta el lunes por la mañana, sin parar, en turnos con comida y sacos de dormir, con unos 10 o 12 de nosotros" contaba Jacob.
"Cuando la gente llegaba el viernes, les dábamos un nota de: 'aquí están las 500 cosas que vas a comprobar en las próximas ocho horas'” contaba.
No solo trabajó en ello el equipo de Toy Stroy 2, también lo hizo el que trabajaba en Bichos: una aventura en miniatura, creando una sensación de comunidad que a Jacob le es difícil de olvidar. Unos traían la comida, otros las mantas y otros se turnaban para dar paseos mientras seguían trabajando.
Y sí, recuperaron la película y todo en lo que habían trabajado, aunque reescribieron más tarde parte de la historia.
“El recuerdo que me quedará siempre de la experiencia son las amistades que se formaron a través de eso. Ese viaje juntos a través de lo que pasó fue uno de los vínculos de la comunidad" sentenciaba Jacob.
El resultado: una nominación a un Óscar, un Globo de Oro, y otros siete premios Annie. Aunque, el más importante, por supuesto, fue marcar la infancia de muchos niños nacidos en los 90.