¿Por qué he pagado más que otras personas por mi entrada al concierto?

No tiene nada que ver con la reventa. Los precios dinámicos tienen la culpa

La Oreja de Van Gogh durante su concierto en Starlite Occident
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Mediodía COPE

¿Por qué hay gente que paga más para conseguir una entrada para su artista favorito? ¿Son legales los precios dinámicos? La polémica en 'Mediodía COPE'

Sefi García

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La asistencia a conciertos y festivales bate récords cada año. El pasado se vendieron un 48% más de entradas que el año anterior, a pesar de que el precio se incrementó notablemente. Las plataformas de venta están dando una vuelta de tuerca más: encarecen el precio de la entrada en función de la demanda. Es la política de precios dinámicos que pueden hasta triplicar el coste inicial.

No tiene nada que ver con la reventa. Los implantan los promotores, y cada vez con más frecuencia.

Afecta a determinados conciertos, no a todos. En España ha ocurrido con determinadas giras internacionales, alguna de ellas, con polémica y demanda colectiva incluida. Los precios oficiales en España eran bastante más alto de partida que en otros países europeos. Y luego todo parecido con la realidad era mera coincidencia. Le ocurrió a Ana, “los precios no coincidían con los que la plataforma de venta anunciaba-recuerda-al momento de la compra, se inflan, aumentaban”.

¿Cómo se calcula?

Ese precio crece en función de lo larga que sea “la cola virtual”, la cantidad de personas que están en la plataforma para comprar un ticket. También de la zona más demandada y del histórico de ese artista en cada zona. “Está afectando a un determinado grupo de conciertos, a aquellos en los que por defecto sabemos que se van a llenar sea cual sea el recinto en el que se hace. “En estos casos el precio de las entradas puede fluctuar. En función de la gente que esté conectada, en función del histórico, podemos entrar pensando que vamos a pagar 130 euros por una entrada y acabar pagando 350”, explica a COPE, Carlos Moreno, profesor de Información y Comunicación de la Universidad Oberta de Cataluña.

Ni sabes cuánto vas a pagar

Los precios dinámicos son una novedad en la música en directo pero no en otros negocios: un billete de avión puede tener variaciones en su coste de un día a otro, o el tren, o un hotel... “pero tenemos que tener en cuenta al consumidor-advierte Moreno- porque después de estar esperando a veces varias horas, y sabiendo que se van a agotar las entradas, te empuja a una compra compulsiva que no tenías pensando hacer”.

En el caso de los conciertos además “el tema es que hoy por hoy por defecto no puedes ver antes de esa compra cual es el precio. Y ahí es donde se genera la duda. Además, sé que si yo no lo compro, quien viene detrás lo va a comprar. Los algoritmos y la inteligencia artificial saben de cálculos y recálculos y de comportamientos y cada vez afinan más”.

Imprescindible la regulación

Los precios dinámicos “tienen lógica empresarial-afirma el profesor Moreno-neutralizar la reventa es la excusa de las promotoras para aplicar los, pero es imprescindible que las instituciones velen por regularlo, para que la práctica sea transparente porque sea claro, tenemos el 'desde' y a lo mejor hay que regular el 'hasta' y de alguna manera que esos incrementos no sean desmesurados”. De hecho, Reino Unido y la Unión Europea intentan dar respuesta a las quejas de muchos fans articulando reglas para controlar los precios dinámicos, que podrían estar infringiendo la normativa de competencia y protección al consumidor y la ley de competencia desleal.

Ahora mismo, no hay normativa que los regule ni en nuestro país ni en el espacio comunitario.

La música en directo...¿sólo para las élites?

La música en vivo sigue creciendo y nos cuesta renunciar a esa especie de comunión con los otros en un evento donde compartimos gustos. Las cifras de facturación son astronómicas y el número de entradas vendidas en nuestro país se cuentan por millones (casi 25 millones en el año 2.022, un 48% más este año). Sin embargo, 4 de cada 10 ciudadanos han renunciado a acudir a un concierto el año pasado por el encarecimiento de las entradas. El precio subió un 38% el año pasado. Óscar es un gran seguidor de los festivales, pero ha limitado el número al que acude porque “con lo que ahora pagas por una entrada de día, antes pagabas todos los días del festival, además de los gastos de gestión que son 3 euros. Si antes iba a 3 conciertos al año, ahora solo voy a dos”.

Los precios dinámicos pueden dar una nueva vuelta de tuerca para agrandar la brecha en el acceso a la cultura, “y que cada vez tengamos eventos más elitistas , aunque yo sigo pensando que el mercado se autorregula, tendrá que encontrar un balance en esos precios que permitan una participación multitudinaria y que todo el mundo disfrute de la música y de todo lo que rodea al negocio musical”.

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