Pierce Brosnan cumple años: la tragedia que tuvo que superar y las consecuencias que le acarreó ser James Bond

El actor, que vendió su espectacular mansión en Malibú para trasladarse Hawái, prepara sus nuevos proyectos para la gran pantalla

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Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

7 min lectura

El Doctor Fate o Doctor Destino, para los que no estén muy familiarizados con los personajes de la editorial DC Comics es un héroe con muchos poderes y fundador de la Sociedad de la Justicia de América. Y ahora, el Doctor Fate va a tener el rostro de Pierce Brosnan que se va a enfrentar a Dwayne La Roca Johnson protagonista de 'Black Adam'.

Brosnan llega al papel del Doctor Fate después de ser el Rey de la última versión de la 'Cenicienta' protagonizada por Camila Cabello. Ese Rey que, como escribiera Charles Perrault en la versión más clásica del cuento, buscaba una esposa para su hijo. El mismo Pierce Brosnan que hace de Erick Erickssong en 'Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga'.

En Eurovisión, la película, Brosnan hace el papel del hombre más guapo de Islandia. Porque a este irlandés de 1,88 metros de estatura no le falta planta. Precisamente su presencia y esa prestancia británica -desde los 10 años vivió en Londres con su madre-, le llevó a ser el quinto James Bond de la historia.

Un James Bond de un millón de dólares

En cuatro ocasiones se transformó Pierce Brosnan en Bond, James Bond. La primera en 1995 en 'Golden Eye', dos años después regresa como el agente secreto más icónico al servicio de su Majestad en 'Tomorrow Never Dies', en 1999 vuelve a la carga en 'The World Is Not Enough', para hacer su último 007 en 'Die Another Day' en 2002.

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La crítica le define como el Bond más insolente y sarcástico capaz de demostrar vulnerabilidad y que supo aunar lo mejor de sus antecesores en el papel. La imagen más viril que representaba Sean Connery, la sensibilidad de George Lazenby, la simpatía de Roger Moore y el dramatismo de Timothy Dalton.

Ese sello personal que supo estampar en su interpretación del agente 007 le llevó a salvar al personaje que llevaba seis años ausente de los cines y a cosechar un gran éxito en taquilla.

Pero ese Bond no habría sido posible sin 'Remington Steele', un jefe imaginario que tuvo que inventarse la detective Laura Holt para conseguir clientes que no le llegaban por ser mujer. Eran los años 80.

Remington Steele

En 1982, al comienzo de la serie, Brosnan era un auténtico desconocido, cuando 'Remington Steele' llegó a su final, en 1987, Pierce era considerado un actor elegante con un matiz diabólico, perfecto para ser el agente inventado por Ian Fleming.

Y a partir de ahí el trabajo va surgiendo sin parar y la filmografía de Brosnan va aumentando año a año hasta superar los cuarenta títulos. Seguro que cada uno elegiríamos diferentes papeles de los muchos que ha hecho, pero vamos a destacar las diez películas señaladas como las mejores del actor irlandés por los cinéfilos: "El largo Viernes Santo", "El escritor", "Bienvenidos al fin del mundo", "GoldenEye", "Matador", "Mister Johson", "El extranjero", "Evelyn", "El secreto de Thomas Crown" y "Amor es todo lo que necesitas".

Keely Shaye Smith, la mujer que le devolvió la sonrisa

Keely es el gran amor de Pierce, solo hay que leer las cosas que le escribe: "Like only yesterday, the years fly by my love, so many dreams with you, onwards my love", (traducido algo así: "Como ayer, los años vuelan mi amor, tantos sueños contigo, adelante mi amor"). Es la dedicatoria por su 27 aniversario de boda. Pero lean lo que escribía en la misma fecha hace un año: "Mi querido corazón de ángel Keely, gracias por traer tanto amor y belleza a mi vida, por hacer de estos últimos veintiséis años la mayor alegría de mi vida ... Feliz aniversario mi niña de ojos marrones".

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Keely Shaye Smith es la segunda esposa de Pierce Brosnan. Diez años menor que él, la periodista y el actor se conocieron en 1994 en México aunque no se casaron hasta 2001. Fruto de su matrimonio son Dylan y Paris -este último la viva imagen de su padre-, de los que están muy orgullosos.

Pierce Brosnan con su mujer Keely Shaye Smith y sus hijos Paris y Dylan

Pero Keely también ha ejercido de madre de Sean, hijo del actor con su primera mujer Cassandra y una aliada de los hijos adoptivos de Brosnan, nacidos en un anterior matrimonio de su primera mujer, Charlotte y Christopher.

Por esa generosidad, Pierce siempre ha dicho de Keely que fue "su gran salvadora en momentos duros de depresión", tras la muerte de su hija Charlotte que falleció de cáncer de ovario como su madre, Cassandra.

La familia ha ido creciendo con los años y los Brosnan son abuelos de Isabella y Lucas hijos de Charlotte y las más pequeña Marley May, de cuatro años, hija de Sean.

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Las dos pérdidas que han marcado su vida

Los Brosnan disfrutan de una vida tranquila y feliz en su nueva casa que está situada en Hawái. A finales de 2020 decidieron vender su mansión de Malibú, de inspiración asiática con grandes terrazas y envidiables vistas al Pacífico, para trasladarse al archipiélago donde esperan que pase lo antes posible la pandemia mundial por el coronavirus que también les ha dejado huella.

En la entrega de los Globos de Oro el pasado mes de enero, Pierce recordaba a dos grandes amigos que han muerto por culpa del coronavirus, Jay Benedict y Andrew Jack. "Jay era como un hermano para mí, comenzamos juntos en el teatro y soy el padrino de su hijo. Andrew, uno de los mejores profesores de acentos también falleció. Lo conocía bien entre otras cosas porque trabajamos juntos en las películas de James Bond. Este virus ha afectado a todas nuestras vidas de un modo u otro. Es imposible quedarse impasible".

Pero si hay una enfermedad que le ha golpeado muy fuerte al actor irlandés, a punto de sumirle en la más profunda de las depresiones, es el cáncer. El cáncer de ovarios por el que murieron su primera mujer, la también actriz Cassandra Harris y su hija Charlotte.

"Hay una increíble crueldad en perder a la persona con quien compartiste todo. Esta es la primera vez que experimento el duelo y es algo abrumador" confesó Pierce Brosnan a la revista People en 1992, meses después de la muerte de Cassandra.

Pierre Brosnan junto a su primera mujer Cassandra Harris

Cassandra Harris había sido chica Bond en 'Solo para tus ojos' junto a Roger Moore. Pierce y ella se habían casado en 1980 y tenían un hijo, Sean. En 1986, fallece el primer marido de la actriz, Dermon Harris y Pierce decide adoptar a los hijos que Cassandra había tenido con este, Charlotte y Christopher. La vida les sonreía, eran una gran familia que disfrutaban de viajar juntos cuando el trabajo de Pierce se lo permitía. Todo iba viento en popa hasta que a Cassandra le detectan un agresivo cáncer de ovarios.

Tras cuatro años de tratamientos, ocho cirugías y un año y medio de quimioterapia, Cassandra fallecía en 1991. El actor solo podía recordarla con amor y sumido en la tristeza: "Ella me ha hecho el hombre que soy, el actor que soy, y el padre que soy. Va a estar siempre conmigo. Fui bendecido de haber conocido una persona como ella". Pierce salió adelante porque tenía que luchar por sus hijos.

Pierce Brosnan con su hija Charlotte en una entrega de premios meses antes de la muerte de esta

Tres años después conocía a Keely. Era una segunda oportunidad. Pero cuando todo marchaba sobre ruedas, vuelve a aparecer el cáncer en sus vidas. Al igual que le ocurriera a su madre, a Charlotte le detectan un cáncer de ovarios tan agresivo que acabó con su vida con tan solo 41 años.

"Charlotte luchó contra el cáncer con elegancia y humanidad, coraje y dignidad. Nuestros corazones lloran la pérdida de nuestra preciosa hija. Rezamos por ella y porque se tenga a mano pronto la cura frente a esta maldita enfermedad", dijo Pierce Brosnan intentando asumir la nueva pérdida.

Las muertes de Cassandra y Charlotte fueron dos nuevos capítulos tristes, de los más tristes de su vida que había comenzado con el abandono de su padre cuando era tan solo un bebé. Pierce se crió con sus abuelos maternos con los que vivió diez años. A la muerte de ambos, se tuvo que ir a Londres a vivir con su madre, que había abandonado Irlanda para trabajar como enfermera en la capital del imperio británico.

Precisamente, la reina Isabel II le concedió la Excelentísima Orden del Imperio Británico en 2003. Lo que de momento no ha conseguido es adornar sus vitrinas con un Oscar, pero sí cuenta con numerosos galardones tanto europeos como americanos.

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