La vida de la Pasionaria tras su regreso a España del exilio

Hoy se cumplen 43 años desde que solicitó su pasaporte para volver a nuestro país

La vida de la Pasionaria tras su regreso a España del exilio

Jaime Cervera

Publicado el - Actualizado

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Dolores Ibárruri, más conocida como la Pasionaria, no necesita presentación. La histórica dirigente del Partido Comunista de España fue una destacada figura política durante la Segunda República y la Guerra Civil.

Aunque Ibárruri no se convirtió en diputada en Cortes, por Oviedo, hasta febrero de 1936, su carrera política comenzó varios años antes. Ya en abril de 1931, la Pasionaria tomó parte de la campaña del PCE para las elecciones municipales que resultarían en el advenimiento de la Segunda República. Ya entonces empezaron a destacar sus dotes de oratoria, que tanto le hicieron escalar en el futuro en el escalafón del partido.

El siguiente hito de su carrera tuvo lugar durante la Revolución de Asturias, en 1934. En su tierra natal, Ibárruri prestó un gran apoyo a los mineros y colaboró en la internacionalización del conflicto.

Pero su momento de mayor proyección pública llegó sin duda con la Guerra Civil. La Pasionaria se convirtió en un símbolo para el bando republicano con sus famosas frases y arengas. Entre ellas destacan algunas como “más vale ser viudas de héroes que mujeres cobardes” o la del “no pasarán”, ambas pronunciadas durante la defensa de Madrid entre finales de 1936 y principios de 1937. La segunda de estas frases, no obstante, no fue acuñada por la Pasionaria, sino que su origen se remonta a la batalla de Verdún, durante la Primera Guerra Mundial.

Finalizada la Guerra Civil, Ibárruri se exilió a la Unión Soviética. Fue escalando puestos en el organigrama del Partido Comunista de España hasta convertirse en su secretaria general, en el año 1942, y más tarde en su presidenta (1960). Además, se codeó con algunos de los grandes gerifaltes del comunismo internacional.

Regreso a España

Una vez muerto Franco y ya durante la Transición, la Pasionaria volvió a España el 13 de mayo de 1977. A pesar de su veteranía siguió vinculada a la política y fue elegida diputada en las elecciones de junio de 1977, los primeros comicios democráticos desde la Segunda República.

Poco después de ser elegida, en julio de ese mismo año, Ibárruri tuvo un encuentro con el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez. La imagen que tomaron los fotógrafos se convirtió en un símbolo de reconciliación entre las dos Españas, la Pasionaria por su pasado en la Guerra Civil y Suárez por haber sido secretario general del Movimiento Nacional.

Adolfo Suárez y la Pasionaria

Adolfo Suárez y la Pasionaria.

Dolores Ibárruri falleció en Madrid en 1989. Su figura sobrevivió literalmente al comunismo, ya que murió tres días después de la caída del Muro de Berlín.

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