La secuelas para los que combaten la pandemia: ansiedad, depresión y estrés postraumático

“A veces aparecen meses o años después”, cuenta a COPE el comandante Jaime Mas, director del Departamento de Psicología de la Escuela Militar de Sanidad

Manuel Ángel Gómez

Publicado el - Actualizado

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“La lucha contra el coronavirus ha tenido un desgaste emocional fuerte porque se han vivido situaciones de desbordamiento, de falta de medios, de impotencia de frustración, sensación de fracaso, agotamiento… y no siempre hemos tenido suficiente tiempo para digerirlo y recuperarnos”, asegura a COPE el comandante Jaime Mas Esquerdo, director del Departamento de Psicología de la Escuela Militar de Sanidad de la Academia Central de la Defensa.

Explica que “al igual que cuando hay un sobreesfuerzo físico hay una serie de secuelas musculares o de tipo fisiológico, orgánicas…también cuando hay un sobreesfuerzo psíquico, psicológico hay una serie de secuelas que nos pueden pasar factura si no sabemos dosificarnos”, y el personal que ha estado combatiendo el virus en primera línea “no ha tenido tiempo de hacer esa digestión, de asimilar lo vivido”. Añade que “no siempre es inmediato el efecto, a veces aparecen meses o años posteriormente al momento crítico, ya sea en forma de trastornos de ansiedad, trastornos depresivos, el conocido trastorno por estrés postraumático, pero también situaciones de abuso de alcohol, de violencia doméstica, e incluso hay informes que nos alertan sobre el incremento de intentos de suicidio o suicidios consumados”.

Entre los síntomas que revelan estos problemas están la irritabilidad, el aislamiento, la frialdad afectiva. “Si con el tiempo no desaparecen hay que actuar para evitar que se cronifiquen, que aparezcan cuadros de tipo depresivo, o una cronificación de las reacciones de tipo postraumático”, advierte el comandante Mas. Para responder a estas situaciones lo primero que habría que hacer sería “eliminar el estigma que tenemos en la sociedad española hacia los problemas mentales -también entre los sanitarios- e intentar eliminar todos aquellos factores estresantes que no pertenecen propiamente a la labor asistencial”. Al mismo tiempo conviene “contar con los familiares, explicarles a los familiares del médico, la enfermera que vuelven a casa, que vuelven raros, cansados, agotados -quizá en estado de mutismo-, dar a conocer a los familiares este tipo de situaciones para que puedan también colaborar y servir de ayuda al personal sanitario cuando llega a casa”,

El director del Departamento de Psicología de la Escuela Militar de Sanidad dice que “las estrategias de prevención son muy sencillas, de fácil aplicación y de gran eficacia; por ejemplo, potenciar la autoconciencia, es decir, a veces uno no sabe qué es lo que le está pasando, no es consciente del nivel de agotamiento que está sufriendo, y por falta de un conocimiento de sus propias reacciones y sus propios límites puede llegar a situaciones de tipo clínico”. Además, ayudan a la prevención los ejercicios de meditación, el autocuidado -porque para cuidar a otras personas hay que cuidarse de uno mismo-, y “compartir ese sufrimiento, esas experiencias negativas con otros”.

El comandante Mas afirma que “ya hay programas en marcha de tipo preventivo, también dentro de las Fuerzas Armadas; la UME -con sus psicólogos- ha establecido protocolos de apoyo psicológico a su personal”. Avisa de que “a menudo las heridas psíquicas tardan más en cerrarse que las heridas físicas, y no se ven”.

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