Secreto a Voces, un ejemplo de éxito en la restauración
Hablamos con Edén Jiménez, un claro referente en el mundo de la hostelería asturiana
Madrid - Publicado el - Actualizado
4 min lectura
Edén Jiménez Pérez se formó en la Escuela de Hostelería del Principado de Asturias en la promoción del 2005. Con tan sólo 18 años, era el Brand Ambassador del Grupo Bacardi para la zona norte de España, formando y preparando a diversos profesionales en la profesión de Barman.
Durante sus años de carrera, ha abierto diversos negocios de ocio nocturno en Oviedo, entre los cuales se encuentran emblemas de la ciudad como la Sala Baobab en su día, donde se hacía una gran apuesta por el mundo de la coctelería.
Hace cinco años, decide abrir un nuevo concepto de negocio, Secreto a Voces, donde se unen la cocina (con Liset Rubio, antigua compañera de la Escuela de Hostelería), la coctelería y el vino, negocio que lleva ya un lustro siendo un referente en la ciudad.
A su vez, ha creado una asociación de hostelería, de la cual es presidente: UDHA (Unión y Defensa de Hosteleros de Asturias); y acaba de crear, junto a los grandes referentes de la Coctelería Asturiana, BAPA (Barmans Asociados del Principado de Asturias), de la cual es tesorero. En ambas asociaciones, su preocupación es la formación y dignificación de este sector. Durante estos años, ha asesorado a una gran cantidad de negocios de hostelería.
- ¿Dónde empezó todo?
Todo empezó hace 18 años, cuando estudié en la Escuela de Hostelería. Estos mismo años, son los que llevo siendo empresario. Ahora mismo, la mitad de mi vida. Años de aprendizaje que me han servido para continuar los próximos 18 sabiendo qué quiero ser. Mis empresas siempre han estado enfocadas al ocio, tanto nocturno como diurno. Secreto a Voces nació como un local multidisciplinar donde no solo disfrutar de la gastronomía sino de la experiencia en su conjunto. El tiempo me demostró que un local y un equipo pueden ser mucho más que eso.
- ¿Cómo nace vuestro proyecto? ¿Cuál es e vuestro factor diferenciador?
Surge hace ya casi 9 años, cuando decidí que era el momento de cambiar mi rumbo profesional, a pesar de que estaba en el mejor momento. Creo que nuestro factor diferenciador ha sido siempre ir un paso por delante del resto. Sin miedo. Y saber adaptarnos al cambio e intentar anticiparnos antes de que llegue ese cambio, en la medida de lo posible.
- ¿Cómo enfocáis la estrategia de reinvención?
Necesitaba un proyecto más personal donde poder dar su lugar a todas aquellas cosas que queríamos hacer y no podíamos por limitaciones de espacio, al estar en pleno centro de la ciudad. Sardalla nos dio vida. Nos dejó volar. Nos encontró a nosotros. El proyecto empezó a gestarse en febrero de 2020 (justo antes del Boom Covid). El confinamiento nos sirvió para ver qué podían necesitar nuestros clientes después de tanto 'encierro'. El resultado fue un lugar abierto, sin paredes, en plena naturaleza, donde poder disfrutar de la gastronomía, la música, el entorno... Un enclave donde todo es móvil, donde todo está abierto y donde nos sentimos del lugar, con la importancia que tiene sentirse de un lugar sin serlo.
- ¿Cómo decidís empezar a distribuir un producto como el vuestro fuera de Asturias?
Nos ha llevado tiempo. Las cosas bien hechas necesitan tres claves siempre: instalaciones, producto y servicio. Trasladar una experiencia a miles de kilómetros requiere una gran eficacia y minimizar todo tipo de error. Todos tenemos en mente la idea de que un picnic es algo bonito, lo que ya hace que las expectativas sean altas y superarlas implica mucho nivel de detalle.
Otro gran valor, a mi entender, ha sido estar muy atento siempre a lo que nos demanda el cliente. Estando atentos y sabiendo interpretar es fácil. De nuestros Desayunos a domicilio en toda Asturias nació la Experiencia Picnic. Empezaron a sugerirnos que teníamos que llegar no sólo allí donde estuviesen, sino a cualquier rincón 'sorpresa' para poder hacer partícipes de la experiencia a sus seres queridos.
La gente necesita seguir celebrando momentos aunque sea en la distancia y creamos un producto que pudiese viajar por toda la Península. El siguiente paso... ¡Francia!
- ¿El empresario nace o se hace?
El empresario nace, claramente. Es una opción de vida que te escoge. Pero, por supuesto, también se va haciendo cada día. Es muy importante hablar de los fracasos. Siempre se habla de los éxitos empresariales, pero detrás de cada éxito hay una media de cinco fracasos. Nos debemos sentir muy orgullosos de cada uno, porque son parte del camino. Somos, en parte, la suma de nuestros errores.
- ¿Qué retos y oportunidades te ha dejado el 2020?
- Es un año para ver el futuro de una manera ilusionante. Me he demostrado a mi mismo lo que ya sabía, pero necesitaba hechos. Ahora estamos todos preparados para lo que venga. Muchos, sin darnos cuenta, necesitábamos algo así para despertar nuestros instintos más básicos de supervivencia.