La empresa del 2050: ¿se puede marcar una estrategia a 30 años vista?
El presidente de AJE Región de Murcia reflexiona en esta tribuna sobre los paradigmas empresariales a la luz del Plan España 2050 presentado por Sánchez
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La semana pasada Pedro Sánchez presentaba un proyecto de España para el año 2050 donde, además de una serie de objetivos en línea con los objetivos 2050 de la Unión Europea climáticamente neutra, apunta a cuestiones más concretas como prohibir vuelos en trayectos que se puedan hacer en menos de 2,5 horas en tren o la aparición de nuevos empleos como jardinero de Minecraft, por ejemplo.
¿Tiene sentido hacer plan a 30 años? Por un lado, sí, porque si no marcamos un rumbo a largo plazo no llegaremos a ningún sitio. Pero por otro no, dado que vivimos en una sociedad donde los paradigmas cambian constantemente. Esto nos empuja a enfocar líneas estratégicas, pero sin aterrizar en detalles, ya que es imposible saberlos con unos paradigmas que seguro cambiarán en los próximos años. Por ejemplo, pocos discutirán que debemos trabajar hoy por una economía climáticamente neutra, lo que no podemos acertar a decir hoy es si prohibiremos vuelos cortos cuando es posible que unos años tengamos aviones propulsados por hidrógeno verde u otros sistemas de movilidad aérea.
¿Podemos predecir que pasará con nuestras empresas en 30 años? Estoy convencido que la respuesta más intuitiva es un no rotundo, pero si nos fijamos en las compañías que se han mantenido en situaciones de liderazgo durante décadas tienen algo en común: todas tenían una misión que se ha mantenido a lo largo del tiempo. Por ejemplo, no podemos predecir que será de Nike dentro de 30 años, pero lo que si tenemos claro es que seguirá ayudando a deportistas profesionales y amateur a realizar su actividad deportiva con la tecnología de ese momento. Es más, me aventuraría a decir que, si Nike sacase una cadena hotelera, todos la visualizaríamos como un espacio saludable donde hacer deporte y tener una alimentación saludable.
¿Y qué pasa con las estrategias a corto y medio plazo? También aquí, aunque parezca contraintuitivo, en la mayoría de casos es más fácil tener una visión aproximada de un futuro a largo plazo que una certera del corto o medio plazo, y es aquí donde cambia completamente el paradigma de la gestión en empresarial. Muchos habremos oído que nos encontramos en un entorno VUCA (Volátil, Incierto, Complejo, Ambiguo), otros dicen que hemos pasado a un entorno TUNA (Turbulento, Incierto, Nuevo, Ambiguo) e incluso se habla ya del entorno BANI (Frágil, Ansioso, No Lineal, Incomprensible). Llamémoslo como lo llamemos, lo que sí es una realidad es que resulta muy complicado poder hacer planes estratégicos a 3 o 5 años vista como estábamos acostumbrados lo que conlleva dos cosas: Estar más atendo a los cambios y ser capaz de adaptarnos mejor a ellos.
Y es aquí, rompiendo una lanza a favor de los jóvenes empresarios, donde mejor que mueven las nuevas generaciones, más conectadas al entorno actual y más afines a abrazar los cambios. Es aquí donde los empresarios Millenial de la Generación Z pueden tener ventaja frente a otras generaciones de empresarios más afines a paradigmas establecidos y que perdurasen en el tiempo. Ya lo decía Darwin, la especie que sobrevive es aquella que se mejor se adapta el medio y a día de hoy la flexibilidad y capacidad de pivotar son fundamentales para sobrevivir.
¿Cómo serán las empresas en 2050? Podría aventurarme a decir que grandes corporaciones serán las encargadas de canalizar y dinamizar un ecosistema de emprendimiento bajo su paraguas (y músculo financiero), no obstante, seguro los paradigmas habrán cambiado varias veces y os habréis olvidado de estas líneas.