Las Bolsas digieren como buenamente pueden los pésimos indicadores de actividad económica

Los indicadores económicos que se han publicado hoy recogen ya el desplome de la actividad mundial en toda su dureza.

Las Bolsas digieren como buenamente pueden los pésimos indicadores de actividad económica

Fernando Mañueco

Publicado el - Actualizado

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Los indicadores económicos que se han publicado hoy recogen ya el desplome de la actividad mundial en toda su dureza. Más de 4,2 millones de estadounidenses solicitaron la semana pasada un subsidio por desempleo, lo que suma ya 26 millones en las últimas cinco semanas. Muy negativos también los índices PMI de Estados Unidos. La actividad ha caído como una piedra, sobre todo en el sector no manufacturero. El país de las barras y las estrellas se ha congelado.

A este lado del Atlántico, en el conjunto de la eurozona, se ha vivido también una caída histórica de la actividad, con una lectura del PMI compuesto de 29,7 hasta 13,5 puntos. La industria se ha deteriorado intensamente en abril, mientras el sector servicios ha caído a mínimos históricos y prácticamente ha desaparecido del mapa. Estas cifras apuntan hacia una caída del PIB de la zona euro del orden de un 7,5 por ciento este año. La crisis del coronavirus no ha dejado títere con cabeza.

No se esperaba otra cosa, pero no por esperados los datos son mejores. En Alemania el PMI manufacturero ha sufrido una dramática caída hasta 34,4 puntos, lo que supone una severa contracción de la actividad. El índice del sector servicios se ha deteriorado todavía más, hasta 15,4 puntos, lo que habla ya de una profunda recesión en la locomotora de Europa. Ambas lecturas han sido claramente peores de lo que se temía. En Francia el PMI compuesto, que tiene en cuenta tanto la actividad manufacturera como de servicios, ha caído en vertical hasta un registro de 11,2 puntos.

También en Francia se ha deteriorado más el sector servicios que el industrial, aunque ambos han sufrido un duro varapalo.

Dentro de casa, las pernoctaciones en establecimientos hoteleros se han desplomado un 61 por ciento en marzo, como consecuencia del confinamiento de la ciudadanía y la prohibición de viajes aéreos a partir de la segunda mitad de marzo. Los datos de abril serán lógicamente mucho peores.

La aseguradora Mapfre espera una caída del PIB este año de entre el 5,6 y el 10,7 por ciento, -dependiendo de lo que tarde en reabrirse la economía-, con una tasa de paro de entre el 18 y el 23,4 por ciento. Mapfre espera que la deuda pública alcance el 115 por ciento el PIB. Por su parte, Funcas sitúa su previsión de contracción del PIB este año en España en el 7 por ciento.

Los inversores esperan noticias de la reunión que mantiene esta tarde el Eurogrupo. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha presionado a los líderes europeos. Les ha recordado que los gobiernos no han hecho lo suficiente y que, en cualquier caso, han llegado tarde. Los 27 trabajan ahora en un plan para movilizar 1,6 billones de euros para la reconstrucción de la economía de la zona. Parece que, una vez más, las posiciones están muy encontradas entre el norte y el sur.

Las Bolsas han digerido bien toda esa avalancha de referencias y de indicadores poco halagüeños. El índice Ibex 35 ha cerrado en 6.746 puntos con alza de un 0,4 por ciento. Han flojeado Inditex y las eléctricas, mientras han tirado con mucha fuerza hoy del mercado las empresas acereras, Repsol y los bancos. El beneficio de Bankinter se ha reducido un 10 por ciento en el primer trimestre, hasta 130 millones de euros. Mañana publicará sus cuentas el Sabadell, para el que se espera una caída superior al 40 por ciento en el beneficio del primer trimestre, hasta 133 millones de euros. La agencia Moody's ha rebajado la calificación crediticia de Bankia, Liberbank, Ibercaja y Abanca por el impacto de la crisis sanitaria sobre sus cuentas. A pesar de ello, hoy Liberbank ha subido un 20 por ciento en Bolsa.

Entre los valores más pequeños, se ha disparado Berkeley Energía. La empresa continúa avanzando en el proceso de construcción de su mina de uranio en la localidad de Retortillo, en Salamanca. El precio del uranio ha subido con fuerza debido a la incertidumbre que existe sobre la cadena de suministro de combustible nuclear debido a la pandemia de coronavirus. También sube el oro. Los expertos de Bank of America estiman que el precio del oro podría alcanzar los 3.000 dólares por onza a la vuelta de un año y medio, frente a los 1.740 a los que cotiza hoy en día. Anteriormente, el Bank of America manejaba una previsión de 2.000 dólares por onza.

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