"Ahora aparecerán los negacionistas del holocausto, los terraplanistas y los antivacunas, que vienen a ser más o menos los mismos"

Hace cinco años, tal día como hoy estas fechas, no lo sabíamos por entonces, pero nos iba a cambiar la vida. Lo que no sé es hasta dónde. Hace cinco años exactamente, a final de enero, principio de febrero, se supo el primer caso de COVID en España. Un turista alemán en La Gomera dio positivo, nadie sabía qué, se confinó el hospital, media isla, nadie podía imaginar, seamos sinceros, que se avecinaba en un par de meses la pandemia del coronavirus. 

Acuérdate de este momento de Fernando Simón, que por cierto sigue en el cargo siendo el jefe de la cosa esta: "España no va a tener como mucho más allá de algún caso diagnosticado". Bueno, pues no fueron uno o dos o pocos casos, fueron millones de contagios, cientos de miles de enfermos, tantos, uno de los grandes bulos del Gobierno, que no sabemos cuánta gente murió por coronavirus. Más allá de rascar en las culpas, al mundo entero le pilló como le pilló, planteo dos dudas. 

Una, ¿cómo es posible que siga habiendo antivacunas? Ya sé que ahora aparecerán los de siempre, los negacionistas del holocausto, los negacionistas de esto, de lo otro, de la guerra, los terraplanistas, los antivacunas, que vienen a ser más o menos los mismos. Y dos, ¿cuánto aprendimos de aquello? Es verdad que durante esos tiempos nos cambió la vida, asumimos la inmensísima mayoría, las órdenes, el confinamiento, la disciplina, pero ¿seguimos siendo disciplinados?, ¿seguimos guardando distancias, medidas, hasta lavándose las manos? 

En fin, quiero pensar que algo bueno tuvo aquello, que algo mejor salimos de todo aquello, pero piénsalo, cada uno para adentro. ¿Aprendimos lo suficiente? Cinco años ya de la pandemia van a cumplirse.