Los mercados empiezan a tranquilizarse tras los agridulces datos de empleo en Estados Unidos

El índice Ibex 35 ha cerrado la sesión del viernes en 9.248 puntos, con una suave pérdida del 0,39 por ciento. Los inversores dan por bueno este resultado, porque en los peores momentos del Ibex ha llegado a perforar los 9.200 puntos. El pasado viernes rozaba los 9.600. En esta semana la Bolsa ha perdido un 3,6 por ciento. Acumula todavía en lo que va de año una importante revalorización superior al 12 por ciento.

Hoy han bajado Repsol, Telefónica y las eléctricas, en especial Iberdrola, que ha descontado el derecho de suscripción en la ampliación de capital destinada a su programa de dividendo flexible. La compañía ofrece a sus accionistas la posibilidad de cobrar el próximo dividendo en efectivo o en acciones de nueva emisión.

Los mercados han respirado algo más tranquilos tras conocerse las cifras de empleo de Estados Unidos. Ha habido cal y arena. La tasa de paro se ha reducido una décima en junio, hasta el 3,6 por ciento. La economía estadounidense creó el mes pasado 209.000 empleos no agrícolas, que son casi 100.000 menos que en el mes anterior y también bastante menos de los que se esperaban. Los inversores dan por buenas estas cifras, ya que, aunque el mercado laboral continúa muy sólido en EEUU, se suaviza la presión sobre la Reserva Federal. Ayer el mercado se llevó todo un susto tras conocerse la encuesta ADP de empleo privado. Sorprendió al registrar la creación de 497.000 puestos de trabajo. Es su mejor lectura desde enero de 2022 y es una cifra muy superior a la que se esperaba. Los mercados descuentan con una probabilidad superior al 90 por ciento que la Reserva Federal subirá un cuarto de punto el precio del dinero en su próximo consejo del día 26. Y se espera otro cuartillo de subida después del verano.

A este lado del Atlántico, el Banco Central Europeo ha dejado entrever que seguirá endureciendo su política monetaria para luchar contra la inflación. El mercado espera, al igual que en EEUU, dos subidas más de tipos de interés este año. Hoy el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ha asegurado los efectos de las últimas subidas del precio del dinero comenzarán a notarse a lo largo de lo que queda de año y también el próximo. De Guindos ha recordado que los próximos movimientos del BCE dependerán la evolución de los indicadores económicos. Ha reconocido que la actividad se ha estancado en los últimos trimestres por la subida de la inflación y por los altos tipos de interés.

La próxima semana llega marcada por un aluvión de indicadores de inflación. Se conocerán los IPC de China, Estados Unidos, Alemania y España. Según el indicador adelantado, la inflación en España ha moderado su ritmo de crecimiento en junio desde el 3,2 hasta el 1,9 por ciento. La tasa subyacente (que no contabiliza ni los alimentos frescos ni la energía) ha pasado del 6,1 al 5,9 por ciento.

Además, los mercados tienen cita la próxima semana con otras referencias, entre ellas la confianza del inversores de la zona euro. Una confianza que últimamente está muy de capa caída. Y es que abundan los síntomas de enfriamiento de la actividad económica en Europa. La industria se contrae y los servicios se desaceleran. Lo último que se sabe es que la producción industrial se ha contraído en Alemania dos décimas en mayo. Es un dato peor de lo que se esperaba. Los analistas comienzan a pensar que la economía alemana se ha contraído también en el segundo trimestre del año. Sería su tercer trimestre consecutivo con crecimiento negativo.

Esta tarde, ya con los mercados cerrados, se espera una comparecencia pública de la presidenta de este organismo, Christine Lagarde. Con estas referencias, el euro ha repuntado. Supera de nuevo el listón de 1,09 dólares. Y se ha tranquilizado el mercado de deuda pública. Han aumentado ligeramente los precios de los bonos y se ha reducido su rendimiento.