¿Va a ir a la cárcel Iñaki Urdangarin?

El Constitucional no suele suspender una ejecución de la pena cuando es superior a cinco años

¿Va a ir a la cárcel Iñaki Urdangarin?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El Supremo ha rebajado este martes, de 6 años y tres meses a 5 años y diez meses la pena que la Audiencia Provincial de Palma impuso a Iñaki Urdangarin por el caso Nóos, y le impone una condena por malversación, prevaricación, fraude a la Admnistración, dos delitos fiscales y tráfico influencias que no le evitará la prisión.

La rebaja de la pena acordada por el Supremo deriva de que absuelve a Urdangarin del delito de falsedad en documento público cometido por funcionario, al entender que no ha quedado probada su intervención.

La pena implica el ingreso en prisión de Urdangarin. La sección primera de la Audiencia de Palma ya le ha citado para que comparezca este miércoles ante el tribunal mañana entre las 9.00 horas y las 14.00 horas y entregarle la orden de prisión.  A Urdangarin le cabe la posibilidad de presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, aunque fuentes judiciales indican que ese trámite no suspendería la ejecución de la pena ni demoraría el ingreso en prisión.

El Constitucional, además, no suele suspender una ejecución de la pena cuando es superior a cinco años. En el auto de Blanquerna, el TC señaló: "Este Tribunal ha adoptado como una directriz general que la pena se sitúe por encima o por debajo de la frontera de los cinco años de prisión, por ser el límite que ha establecido el propio legislador para diferenciar entre las penas graves y las menos graves".

Las fuentes consultadas por EFE señalan que la cifra que el alto tribunal suele tener en cuenta para este cálculo es la suma total de las penas, con independencia de si se trata de una o varias condenas. Es decir, el Constitucional no prevé en principio calcular sobre el tiempo de cumplimiento efectivo que resulta de la acumulación de las varias penas que han recaído sobre Urdangarín, un cálculo que podría resultar más favorable para el reo. De este modo, lo previsible es que ingrese pronto en prisión.  De confirmarse, a Urdangarín se le darían diez días para entrar en la cárcel.

SU VIDA EN PRISIÓN

Como establece la normativa, cualquier instalación penitenciaria tendría la obligación de acoger a Urdangarin si allí llegara voluntariamente, desde cualquier Centro de Inserción Social (CIS), hasta los dos hospitales penitenciarios o las tres cárceles de mujeres, aunque lógicamente no será ninguno el elegido. Sea cual sea la cárcel donde vaya, lo normal es que pase por todos los trámites del primer ingreso. Se le hará una ficha y será reconocido por el servicio médico, además de ser entrevistado por un equipo multidisciplinar formado por trabajadores sociales y psicólogos que el evaluarán.

Como es habitual, el preso pasará la primera noche en el módulo de ingresos y después se le trasladará al módulo más adecuado. Probablemente, y dadas sus características, al conocido como "de respeto", donde el interno, al que se clasificará en segundo grado, acepta unas normas de comportamiento e higiene y de organización de la vida diaria en esa instalación.

De todos modos, la prisión puede analizar si la cárcel que ha elegido Urdangarin es la más apropiada y, acogiéndose al artículo 75 del Reglamento Penitenciario, Instituciones Penitenciarias puede decidir cambiarle de prisión si considera que la elegida por el condenado no es la idónea para salvaguardar la seguridad del interno o el buen orden del centro. Urdangarín podrá elegir desde la cárcel con menos presos, como es la de la isla de La Palma, hasta uno de los denominados centros tipo, como puede ser la prisión de Estremera (Madrid), con capacidad para algo más de 2.000 internos. En total, podrá seleccionar entre las 70 cárceles dependientes de la administración del Estado y las 12 de Cataluña, la única comunidad que las tiene transferidas. Probablemente, el marido de la infanta Cristina ya tenga tomada su decisión y pasará a formar parte de los 59.556 reclusos que, a primeros de este mes, estaban internos en las cárceles españolas, de los que más de 8.000 lo están en las catalanas.

Una población reclusa bastante inferior a los casi 70.400 presos, tanto preventivos como penados, que estaban ingresados en las prisiones de nuestro país a finales de 2011, cuando estalló el caso Nóos. Desde esa fecha, el descenso en el número de reclusos se cifra en el 15,4 por ciento. Y si Urdangarín prefiere cumplir su condena en una cárcel más nueva, sería la de Archidona (Málaga) la primera opción, al ser la última en inaugurarse y que junto a las de Ceuta, Pamplona y Murcia 2 son las cuatro más nueva. Otras, como la de Soria, están ya construidas, pero aún sin actividad. 

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