Cataluña: entre un acuerdo casi imposible y la convocatoria de elecciones
Los partidos tienen hasta el 22 de mayo para presentar a un candidato al Gobierno de la Generalidad. De no llegar a un acuerdo, el Parlamento quedará disuelto y los catalanes serán llamados a las urnas el próximo 15 de julio
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Nuevo candidato al Gobierno de la Generalidad o repetición de elecciones. Esta es la disyuntiva en la que se encuentra Cataluña. Un terreno en el que pese a la aridez puede germinar cualquier cosa, dependiendo de quién lo abone.
Por el momento, la cuenta atrás ya está activada para la celebración de nuevos comicios. Desde el fallido pleno de investidura de Jordi Turull, los partidos tienen hasta el 22 de mayo para presentar a un candidato viable al Gobierno de la Generalidad. De no llegar a un acuerdo, el Parlamento quedará disuelto y los catalanes serán llamados a las urnas el próximo 15 de julio por segunda vez en menos de siete meses. Entretanto, la comunidad continuará intervenida por el Gobierno de la nación en aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Con la decisión de procesamiento del magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena, el encarcelamiento provisional del núcleo duro del “procés” y la detención de Carles Puigdemont, el bloque independentista ha quedado descabezado para presidir el Ejecutivo autonómico, por lo que las hipótesis que se barajan son varias.
LA HIPOTÉTICA INVESTIDURA DE PUIGDEMONT: UNA QUIMERA
Por un lado, una hipotética investidura efectiva de Carles Puigdemont como pide la CUP y Junts per Cat, según ha manifestado este lunes su portavoz Elsa Artadi después de que ambos grupos junto con ERC hayan solicitado un pleno urgente para que el Parlamento adopte “todas las medidas necesarias para garantizar” que Carles Puigdemont, Jordi Turull y Jordi Sànchez puedan ejercer sus derechos políticos y someter su candidatura a debate y votación, es por el momento impracticable.
En primer lugar, porque el Tribunal Constitucional ya señaló en enero que no cabe la investidura telemática, y el expresidente se encuentra actualmente en Alemania a la espera de que se decida su entrega a España. En segundo lugar, porque una vez firme el auto de procesamiento, la Ley de Enjuiciamiento Criminal los suspende a los tres para el ejercicio de cargo público durante el tiempo que dure la situación de privación de libertad.
QUIM TORRA, MÁS CERCANO A LOS "CUPAIRES"
Este escenario obligaría a encontrar a un nuevo candidato afín a los “cupaires”, que con 4 diputados están condicionando el funcionamiento de la Cámara. Los nombres que suenan son el de Elsa Artadi y el de Quim Torra –hombre de confianza de Puigdemont y afín a los planteamientos ideológicos más radicales de Junts per Cat-, lo que simpatizaría con el dogma antisistema de la CUP. No obstante, tendrían que endurecer el programa hacia la república para seducirlos, ahora demasiado "autonomista".
La vinculación a la antigua Convergencia de Turull, a los Pujol y a la corrupción, fue uno de los factores que propició el divorcio entre los anticapitalistas y el resto de fuerzas independentistas, pero esto podría cambiar en la medida en que opten por un perfil como el de Torra. No parece que los “cupaires” se sientan igual de cómodos con la ideología liberal de Artadi, cercana al entorno de Artur Mas.
UN TRIPARTITO DE IZQUIERDAS
El otro escenario que se abre es el del tripartito entre ERC, Comú-Podem y el PSC, que aunaría a 57 diputados. Este flirteo, sin embargo, parece desdeñable dada la posición que este lunes ha defendido la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, que le ha cortado las alas a Miquel Iceta después de que dejara la puerta entreabierta a una operación política que incluyera a partidos secesionistas. "El independentismo es insolidario y excluyente. No vamos a apoyar a ningún candidato independentista", ha señalado la líder socialista.
Cierto es que el bloque de Junts per Catalunya, ERC y la marca catalana de Podemos –que se ha posicionado a favor de los autodenominados “presos políticos”- sumaría 74 diputados, más de la mayoría absoluta de la Cámara, si bien no parece que Domènech esté dispuesto a integrarse en una coalición con un partido en el otro lado del espectro ideológico.
LA OPCIÓN CONSTITUCIONALISTA
La última opción es la del bloque constitucionalista, que prácticamente es imposible teniendo en cuenta que cada partido mantiene posiciones enfrentadas. Una situación que si antes del 22 de mayo no encuentra solución, hará que los catalanes sean llamados de nuevo a las urnas.