En defensa de la democracia española
Análisis de la primera semana a un juicio “en defensa de la democracia española y del orden constitucional”
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Con toda la artillería jurídica la Fiscalía del Supremo plantó cara a los independentistas en la sala de vistas. Y si algo quedó claro es que este juicio es “en defensa de la democracia española y en defensa del orden constitucional”. Javier Zaragoza tuvo una intervención brillante y habló con seguridad, con mucha seguridad. Sabe a quién tiene enfrente, conoce el juego de los independentistas y es consciente de que es un juicio televisado. Los abogados de los acusados saben utilizar los medios y la propaganda.
Estos letrados si tienen ocasión de lanzar su mensaje político, no la van a perder. Y a veces son auténticas soflamas. Lo del “juicio político” lo escuchamos por activa y por pasiva, al igual que las “vulneraciones continuas de derechos fundamentales”. El primero en decirlo fue el abogado de Oriol Junqueras, Andreu Van Den Eyden, el primero en hablar. Mediático y político dijo que esto era un vodevil procesal, que se criminaliza el discurso político, y fue más allá, “es una causa general contra el independetismo catalán”. El abogado Jordi Pina, defensor de Jordi Sánchez, Josep Rull y Jordi Turull pidió a los magistrados del tribunal que “hagan de jueces, no de salvadores de la patria, no son héroes nacionales”. Otro letrado, Benet Salellas, defensor del otro Jordi, Cuixart, aseguró que este juicio es una derrota colectiva de la sociedad española.
La Fiscalía no pasó ni una desde el primer momento y respondió a todo con argumentos jurídicos, pero tuvo en cuenta la política. Respuestas contundentes, en un tono más propio de conclusiones finales que de cuestiones previas, pero la línea quedó clara, como lo ha sido a lo largo de todo el proceso. Javier Zaragoza criticó que pretendiesen transformarse en víctimas y quisieran sentar en el banquillo al Estado por aplicar la ley. Les contestó que “no están siendo juzgados por sus ideas, sino por poner en marcha un plan criminal para imponer, incluso recurriendo a la violencia, la independencia de Cataluña”. Vimos a Javier Zaragoza en estado puro. A los españoles les gustó. Fidel Cadena, con un discurso muy jurídico, les recordó que la soberanía es del pueblo español, no del catalán.
Y luego llegó el turno de Oriol Junqueras, que lo utilizó para dar un mitin político ante los magistrados que le juzgan. Se considera un preso político, esto es un juicio político, no ve delito por ningún lado y va a continuar con la independencia a pesar del resultado de este juicio. Él se debe a sus electores. Tenía muchas ganas de hablar porque desde que está en la cárcel no habla. Y avisó de que podía hacerlo con pasión porque le gusta hablar. Y lo hizo. Habló en castellano para que le pudiese entender todo el mundo. Pero sólo respondió a su abogado. Mala estrategia dicen a COPE algunos abogados que no defienden a nadie en este caso.
Sin embargo, el ex consejero de Interior, Joaquim Forn, sí respondió a todos. Rodeado de papeles, hizo equilibrios y cayó en contradicciones. Todo a la vez. Políticamente defiende y apoya el referéndum pero como responsable de Interior no dio ninguna orden a los Mossos d'Esquadra, incluso transmitió las resoluciones judiciales para que las cumplieran. A partir de este martes, el turno es para Jordi Turull, exconsejero de Presidencia de la Generalitat, y de Raul Römeva, de Exteriores, entre otros.