El destino de Génova: de prioridad a lastre en la agenda del PP

El éxodo de Génova 13 para el Partido Popular sigue su curso, aunque de una manera más pausada a la estimada en un primer momento. “Si avanza, daremos cuenta de ello”, anunció el propio Casado durante una entrevista en TVE. La más polémica de las reacciones de la cúpula popular ante el batacazo electoral sufrido en las elecciones catalanas del pasado 14 de febrero ha conseguido situarse en un segundo plano tras la exhibición de músculo político demostrado por el PP en las elecciones de la Comunidad de Madrid y, más tarde, durante la itinerante Convención nacional del PP que culminó el pasado domingo en la plaza de toros de Valencia.

“No debemos seguir en un edificio cuya reforma se está investigando”, destacó Casado apenas dos días después del 14-F durante el Comité Ejecutivo Nacional para justificar la decisión. Un inmueble icónico, ocupado por Alianza Popular desde 1983, e íntimamente ligado a las históricas victorias electorales, entre ellas las dos mayorías absolutas logradas en unas generales por el expresidente José María Aznar y Mariano Rajoy.

El líder del Partido Popular incidió durante su intervención en la cadena pública que se trata de “un proceso que es largo porque hay que buscar activos y estudiar qué rentabilidad tiene”, y defendió que esta decisión pretendía ser también “un mensaje de eficiencia y de modernidad” para intentar hacer “un partido más abierto”. Además, Casado quiso justificar esta decisión por motivos logísticos, ya que según el presidente de los populares la sede actual “es muy grande y poco accesible”.

En la cúpula popular parece que han conseguido aunar voluntades ante esta aspiración, muy criticada en su momento por algunos pesos pesados de la formación política, y estiman que puede ser un golpe de efecto antes de las elecciones generales, para las que todavía restan dos años.

En esta línea también se mostró este verano el secretario general del PP, Teodoro García Egea, que explicó que desde el PP perseguían que todo el proceso se completara “de forma transparente y absolutamente rigurosa para permitir que el proceso sea modélico y que nuestro cambio de sede genere una nueva ilusión y abra una nueva etapa”.

La idea de cambiar de sede: una vieja aspiración de Soraya Sáenz de Santamaría

La idea de deshacerse de la histórica sede de la calle Génova no es nueva. La exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría ya propuso esta ‘mudanza’ en julio de 2018 en pleno proceso de primarias del PP. Una carrera interna por el mando del partido que precisamente le enfrentaba a un Pablo Casado que por entonces sostenía que lo que podía hacer reconectar con la sociedad al partido no era “cambiar al edificio de enfrente”.

Desde el Partido Popular, en conversaciones con COPE, han apuntado que las únicas novedades sobre este tema son las “declaraciones ofrecidas en TVE por el presidente”. Por lo tanto, a día de hoy, sigue siendo desconocida cuál será la decisión final del partido sobre el histórico inmueble, que cuenta con 10.243 metros cuadrados distribuidos en nueve plantas de oficinas y cuatro de aparcamiento. De vender el edificio, el PP podría conseguir hasta 36 millones de euros, sin embargo, si opta por el arrendamiento obtendría entre 140.000 y 160.000 euros al mes.