Irene Montero: su conflicto con Ylenia Padilla, su aparición en Forbes y la tragedia familiar que la marcó

Irene Montero se ha convertido por méritos propios como una de las políticas más polémicas de los últimos años en España. Hoy, como miembro del Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez, ostenta la cartera de ministra de Igualdad del Reino de España, cartera que ocupó con anterioridad la socialista Carmen Calvo.

Irene María Montero Gil nació el 13 de febrero de 1988 en Madrid. Hija de Clemente Montero, empleado de mudanzas, y de Adoración Gil, educadora, oriundos ambos del pequeño municipio abulense de Tormellas, estudió en el colegio Siglo XXI del madrileño distrito de Moratalaz hasta los 16 años. El colegio es un centro de enseñanza concertada autogestionado sin ánimo de lucro por los padres de los niños que allí cursan sus estudios y que nació durante los años 70 bajo el modelo educativo impulsado por el maestro y pedagogo francés Célestin Freinet, con una estructura asamblearia, lo que nos puede llegar a dar algunas pistas sobre la línea formativa que podría seguir el centro. La actual ministra y pareja del exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, con el que tiene tres hijos, y según declaró en una entrevista, el colegio “tuvo una influencia muy importante sobre su vida y su forma de adoptar decisiones”.

Para cursar el bachillerato elegiría el centro concertado laico de Montserrat, en el barrio de La Estrella. A los 15 años, y de manera muy prematura, ya se había afiliado a las Juventudes Comunistas (UJCE). Montero, poco después, comenzó a formar parte de una manera muy activa en diversos movimientos ciudadanos como el 15-M. Un movimiento convocado por diversos colectivos, donde después de que varios grupos de personas decidieran acampar en plazas de diferentes ciudades de España esa noche del 15 de mayo de 2011 de forma espontánea, se produjeron una serie de protestas en España con la intención de promover una democracia alejada del bipartidismo PSOE-PP, del dominio de bancos y corporaciones.

De una cadena de electrodomésticos a La Moncloa

En 2006 ingresó en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y en 2011 se licenció en Psicología. Entre 2009 y 2011 vivió cinco meses en Chile por motivos académicos, donde llegó a participar en marchas estudiantiles como la Cumbre Alternativa La Hora de los Pueblos. Entre 2010 y 2011 trabajó como dependienta en la cadena de electrónica y electrodomésticos Saturn, única experiencia profesional que Irene Montero ha podido demostrar antes de su desembarco en el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Entre 2011 y 2013 cursó y obtuvo un máster en psicología de la educación. Fue becaria de doctorado de Formación de Profesorado Universitario (FPU) en la UAM entre 2013 y 2015, que derivó en una beca para una estancia formativa en la Universidad de Harvard en Estados Unidos, que rechazó por sus ya numerosos compromisos políticos al frente de Podemos.

Ese proyecto de formación no fue la única alternativa que Irene Montero dejó escapar por su acertada apuesta por consolidarse en el panorama político español –eso sí– con más o menos éxito. Desertó también en 2014, por su compromiso político, de su proyecto de tesis doctoral iniciada en el año 2012, un estudio de caso sobre una experiencia de inclusión educativa entre niños con y sin discapacidad auditiva.

Su escalada en Podemos como pareja de Pablo Iglesias

La relación de Pablo Iglesias con Irene Montero ha sido, desde sus inicios y teniendo en cuenta el perfil público de ambos políticos, una de las comidillas mediáticas más sonadas en el entorno del Congreso de los Diputados.

Pocos meses después de romper su relación con Tania Sánchez, por lo que ella dejó de tener un papel protagonista en Podemos, Pablo Iglesias e Irene Montero iniciaron una relación que se mantiene desde hace más de cinco años y a pesar de los múltiples susurros de separación.

Iglesias y Montero tienen tres hijos en común: Leo y Manuel, los mellizos que nacieron en 2019, y Aitana, que tiene dos años. Y todos juntos viven en una impresionante mansión en Galapagar.

La pareja tuvo que superar un duro capítulo tras el nacimiento de forma prematura a las 27 semanas de gestación de sus hijos mayores, Leo y Manuel. Los pequeños llegaron al mundo el 3 de julio de 2018 bajo esta delicada circunstancia que propició que tuvieran que permanecer tres meses ingresados el Hospital Materno Infantil del Gregorio Marañón, atendidos 24 horas en la sección neonatal.

Ahí empezó la lucha de Pablo e Irene, que pasaron de ser noticia a diario por su posición de líderes de Podemos a convertirse exclusivamente en padres, desapareciendo de este modo de la esfera pública. El 8 de octubre de 2018, Leo y Manuel fueron dados de alta hospitalaria.

Una polémica subida de tono con Ylenia Padilla

Ylenia Padilla, exconcursante de realitys como Gandia Shore, Gran Hermano VIP o Gran Hermano Dúo, se situó en el centro de la polémica al cargar duramente contra la ministra de Igualdad, Irene Montero, de quien dice que saldrá “en los libros de historia” por haberse “comido el pene del jefe”.

Un encontronazo que tuvo su origen cuando Irene Montero valoraba el último ataque homófobo en Madrid: “No podemos tolerar como sociedad que te asesinen al grito de ‘maricón’ o que te metan en un portal para pegarte una paliza por tu orientación sexual. No permitamos los discursos LGTBIfóbicos y en contra los derechos de las mujeres”.

Ylenia replicó a la ministra de una forma contundente: “No podemos tolerar que haya mujeres inteligentes en el paro y tú estés enfrentándonos a todos por haberte comido el pene del jefe. Eso es lo que saldrá en los libros de historia sobre ti”, aseguró para momentos después eliminar su comentario y explicar en otro tuit por qué había reaccionado así contra Irene Montero: “La ministra de Desigualdad no ha condenado ninguna de las violaciones en manada de esta semana, ni toda la violencia que no le sirve para su campaña. Injusto. De ahí mi indignación y el tuit soez”.

Entre los jóvenes más influyentes de Europa del año 2017 según la revista Forbes

La ambición de Irene Montero no ha pasado desapercibida para la revista Forbes, que la llegó a incluir entre la lista ‘The 30 Under 30’. Entre los elegidos por la cabecera, especializada en el mundo de las finanzas y los negocios de origen estadounidense, como los más influyentes de Europa menores de 30 años figuró el nombre de la ministra de Igualdad en la categoría de Derecho y Ciencias Políticas.

Esta posición de ventaja social no fue una circunstancia especialmente agradecida por Irene Montero, que no hizo ni una sola referencia a esta mención por parte de la revista norteamericana. Ni una sola aparición pública para valorar el hecho, ni tampoco un sólo mensaje de orgullo en una de sus redes sociales favoritas como es Twitter, donde tampoco interactuó con ninguno de los cientos de tuits que le dedicaron por esta declaración con un ‘Favorito’ o un ‘retuit’.

Entre los integrantes que Forbes incluye en este ranking destacan otros jóvenes europeos como William Wragg (29), diputado británico con los conservadores, Charlotte Nørlund-Matthiessen (28), europarlamentaria danesa, o Diego Cimino (25), el diplomático y representante del ministerio italiano de Exteriores más joven.

La muerte de su padre: un duro golpe tras luchar contra una dura enfermedad

La pérdida de un ser querido siempre es una experiencia transformadora. Un luto que puede marcar de una manera muy agria el devenir de los días más próximos a esa despedida.

Clemente Montero, padre de Irene Montero, falleció el 12 de junio de 2018 en su domicilio familiar en el barrio madrileño de Moratalaz cuando Irene Montero estaba embarazada de sus hijos mellizos.

Esta triste noticia se sumó en su día a la polémica que envolvió a la pareja Iglesias - Montero por la compra del chalé en Galapagar, una cuestión que tuvieron que encarar a raíz de la compra de la casa valorada en 615.000 euros.

La polémica de ‘La Nanny’

Una de las polémicas con una sombra más alargada sobre Irene Montero ha sido el del caso de la niñera. El caso explotó cuando una exescolta de Pablo Iglesias, contratada por Podemos, demandó al partido comunista por el trato laboral “discriminatorio” recibido por parte de la ministra de Igualdad.

La trabajadora denunció entonces que la líder de la formación morada la obligaba “de manera recurrente” –e incluso fuera de su horario– a hacer recados de índole doméstico para ella y sus hijos. Además, denunció que en repetidas ocasiones tuvo que hacer de chófer para traer a amigos y familiares hasta la mansión de Galapagar. La exescolta también señaló que entre sus tareas también era común que se encargara del mantenimiento de la vivienda y la mecánica de los vehículos particulares de la pareja.