Iván Redondo y Miguel Ángel Oliver: los hombres del presidente para decidir qué noticias son falsas

El jefe de gabinete de Pedro Sánchez y el secretario de Estado de Comunicación van a ser clave en la lucha contra la desinformación que plantea el Gobierno

Iván Redondo y Miguel Ángel Oliver: los hombres del presidente para decidir qué noticias son falsas

Millán Cámara

Publicado el - Actualizado

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El BOE de este jueves ha generado más expectación de lo normal. No ha sido por asuntos relativos al coronavirus, como ya es costumbre en los últimos tiempos, sino por el plan del Gobierno para actuar contra la desinformación: en Moncloa se han marcado el objetivo de acabar con la “difusión deliberada a gran escala y sistemática de mensajes falsos”, que “persiguen influir en la sociedad con fines interesados y espurios”.

Pedro Sánchez quiere que este sea uno de los grandes caballos de batalla del Ejecutivo. Para ello, se van a “establecer medios de funcionamiento y mecanismos dirigidos a evaluar de manera continua el fenómeno de la desinformación a nivel global y particularmente para España”. Todo en pos de lograr “información veraz y diversa”, “considerando la necesidad de examinar los medios que se utilizan para interferir los sistemas democráticos, basándose en las acciones sobre la lucha contra la desinformación relacionada con la Covid-19”.

Con hasta cuatro niveles de actuación para detectar la desinformación y analizarla, y la Seguridad Nacional siempre presente, la nueva estrategia gubernamental está liderada por Iván Redondo y Miguel Ángel Oliver. Dos hombres muy importantes en el día a día de las más altas instancias de la Administración.

La mano derecha del presidente

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Iván Redondo es el jefe de gabinete de Sánchez. Y, por tanto, uno de los hombres clave de su equipo, a pesar de que suela mantenerse en un segundo plano para nada indicativo del protagonismo que atesora. La comunicación política del Gobierno lleva la firma del consultor vasco, que controla al dedillo el mensaje y el discurso del presidente y los ministros.

Él conoce los medios de comunicación muy de cerca, ya que colaboró en algunos de prestigio (El Mundo, El País, TVE, Expansión...) antes de dar el salto a la primera línea política. Como asesor, Redondo es uña y carne con Sánchez desde las primarias socialistas de 2017. Antes, trabajó con el PP, y al lado de políticos también muy reconocibles: José Antonio Monago, Xabier García Albiol y Antonio Basagoiti.

Como devoto de la política estadounidense y sus campañas electorales, no es de extrañar que una de las series de televisión preferidas de Redondo sea El Ala Oeste de la Casa Blanca. También es significativo que su película favorita sea El club de los poetas muertos, ya que hay una frase de la misma muy apropiada en términos de lucha contra la desinformación: “La verdad es como una manta que siempre te deja los pies fríos. La estiras, la extiendes, pero nunca es suficiente. La sacudes, le das patadas, pero desde que llegamos llorando hasta que nos vamos muriendo, sólo nos cubre la cara mientras gemimos, lloramos y gritamos”.

El secretario de Estado de Comunicación

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ofrece la habitual comparecencia antes de las vacaciones.

Miguel Ángel Oliver bien puede ser la persona más mediática (junto a Miguel Ángel Rodríguez) que ha ocupado este cargo en el Gobierno. No es una cara desconocida para el ciudadano, debido a su etapa al frente de los informativos de Cuatro (también trabajó en la SER, donde llegó a ser número dos de Iñaki Gabilondo). Tampoco ha pasado desapercibido durante la pandemia, al participar de forma activa en las comparecencias de Sánchez y Fernando Simón, por ejemplo.

Oliver ha adquirido un gran protagonismo en la política comunicativa de Moncloa: guionizó la ceremonia de la exhumación de Franco, hizo las ya famosas fotografías de Sánchez en el Falcon y de sus manos que “marcan la determinación del Gobierno”, gestionó dos dimisiones ministeriales (Màxim Huerta y Carmen Montón)...

No obstante, se le eligió para el cargo por su perfil nada afín a las polémicas. Eso sí, que juegue un papel mucho más activo que el de sus predecesores responde a los designios del que es su jefe directo, Iván Redondo. Los compañeros de profesión de Oliver hablan maravillas de él, pero hace meses firmaron un manifiesto en contra de su faceta de secretario de Estado de Comunicación. ¿El motivo? El sistema de las ruedas de prensa pandémicas, en las que algunos vieron control a la prensa con la excusa del formato telemático.

La forma de entender la información que tiene Oliver desde que accedió al equipo de trabajo del Gobierno explica bien por qué va a ser una pieza fundamental en el nuevo plan contra los bulos. En una charla que tuvo lugar hace un año, tildó de “tertulianos” a los periodistas que cubren la actualidad de Moncloa. También consideró que el periodismo actual “no tiene nada que ver con la información” y que “cada uno tiene una cuota de protagonismo o activismo mediático”. Además, puso en evidencia la desinformación que ahora se quiere combatir a través de una noticia sin firma publicada por un medio digital desconocido.

“Evidentemente, tiene que haber un condicionamiento editorial o ideológico en función de a qué empresa sirvas”, exponía también Oliver, en este caso cuando aún trabajaba en Cuatro. Contra esa idea van a luchar ahora tanto él como Iván Redondo a raíz de la nueva iniciativa del Gobierno.

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