Jacinto y Mercedes, dos pensionistas con historias diferentes
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Tiene 61 años, es animadora sociocultural de mayores de oficio, pero no puede ejercer de ello desde hace tiempo. Actualmente tiene un contrato de suplencia como limpiadora. Recibe algo más de la
unos 700 euros al mes (esto es el 52% de la base reguladora del fallecido. El PSOE exige a Mariano Rajoy que la suba al 60%). Con ese dinero, y con el poco que gana trabajando, tiene que hacer frente a una hipoteca de 500 euros al mes, 120 euros mensuales de comunidad, gastos de luz y agua, y hacer la compra. “Comprar ropa es mucho más secundario, pero llega un momento del día en el que estás en el sofá de tu casa y tienes que elegir entre encender la calefacción o comer. Piensas y no te queda otra que abrigarte con una manta gorda. Y así termina un día más... He tocado fondo, ahora solo queda salir adelante” cuenta a COPE.
Mercedes
Con una hipoteca pagada desde hace casi 40 años, vivían en un bloque sin ascensor y llegó un momento en el que la enfermedad de su cónyuge estaba tan desarrollada que no podía ni subir dos pisos de escaleras. No les quedó otra que cambiar de casa. La que Mercedes continúa pagando hoy. “Las personas que tenemos entre 50 y 65 años nos encontramos en una situación mucho más grave que las viudas de 65 porque tenemos que pagar una hipoteca que se lleva el 70-80% de la pensión”, comenta.
Mercedes, como mucho pensionistas, también acude a las concentraciones de estas semanas, pero lleva ya ocho años luchando contra la situación en la que se encuentran desde diversas plataformas.
Dos casos, el de Jacinto y Mercedes, totalmente diferentes. Uno lucha desde la relativa comodidad de recibir una buena pensión por que los demás también la reciban; otra pelea por sobrevivir y denunciar que su situación es la misma que la de miles de mayores.