Las concesiones de Sánchez a cambio de seguir en la Moncloa

La debilidad parlamentaria hace que sea dependiente de los partidos que no luchan por el bienestar de la totalidad del país

Las concesiones de Sánchez a cambio de la presidencia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Las maniobras de Sánchez para mantenerse a flote son evidentes. La última, la de cambiar de criterio respecto a la rebelión de los líderes independentistas, ha sido todo un clamor. Y el momento culmen ha llegado cuando Carmen Calvo, la vicepresidenta, ha intentado defender la posición del presidente de una manera un tanto juvenil.

Calvo ha venido a defender que, como las palabras de Sánchez en 'Espejo Público' fueron cuando aún no era presidente del Gobierno, no tienen importancia. Pero no nos quedemos en la anécdota. Detrás de este claro cambio de opinión no está una reflexión sobre los hecho o el derecho penal. Detrás está su interés político para seguir aferrado al poder, de seguir en el Palacio de la Moncloa.

Esta no es la primera vez, en el poco tiempo que lleva Sánchez en Moncloa, que utiliza el bien general de los ciudadanos en su propio beneficio. Por esto, hemos realizado un repaso a otras actuaciones similares del presidente.

Como hemos comentado, lo que hace unos meses era un delito de rebelión para el presidente Sánchez, parece que ya no lo es. Sucedía en el programa de Susana Griso, 'Espejo Público', de Antena 3. La periodista preguntó al presidente sobre si los actos de los líderes independentistas podían ser juzgados como un delito de rebelión. Sánchez no dudó en la respuesta: "Yo creo que lógicamente lo es".

Esto sucedía en mayo. En aquel momento, Sánchez, sí veía rebelión en el golpe de los independentistas contra la constitución.

El déficit es la mayor asignatura pendiente de la economía española. Pero, aún así, el Ejecutivo socialista y Podemos tienen claro que la época de recortes en el gasto ha acabado. En su borrador de los Presupuestos Generales del Estado prevén un aumento del gasto en más de 5.000 millones de euros. Es decir, la alianza entre Podemos y el PSOE pretende disminuir (y de manera notable) el déficit público aumentando (y de manera notable) el gasto público.

¿Cómo lo van a hacer? Pues la idea es financiar este incremento en el gasto a través de la subida de impuestos. La principal, la del IRPF. Hay sectores que desconfían de esas previsiones tan optimistas del Gobierno. La CEOE, la patronal empresarial, aseguraba que no se creen que se llegue a recaudar lo previsto con la subida de impuestos. Según los empresarios, las previsiones de ingresos del Gobierno no tienen en cuenta la previsible desaceleración económica y los efectos sobre el empleo que puede tener la subida del salario mínimo.

Otro caso flagrante es el del PNV. Los nacionalistas vascos han reclamado, de forma incondicional, que se respeten los compromisos adquiridos por el Gobierno del PP y ha planteado nuevas peticiones al entender que la sociedad vasca avanza y se presentan nuevas necesidades y demandas. Esto se basa en dos claves muy importantes y que tienen un mismo punto en común: el dinero. Más dinero para Euskadi y que se consiga un acuerdo en materia de presupuestos en el que haya contenidos beneficios para la Comunidad Autónoma Vasca.

Hace unos días, el presidente del Gobierno, confirmaba a la jefa del Ejecutivo navarro, Uxue Barkos, el traspaso de las competencias de tráfico y seguridad vial a la Policía foral y el inicio de las negociaciones entre ambos gobiernos para ejecutar esta transferencia. Este tipo de acuerdos no suponen un gran pérdida para el país, pero dejan en evidencia la dependencia de Sánchez hacia los partidos independentistas y nacionalistas.

Estas y muchas otras, suponen un evidente dependencia por culpa de la debilidad parlamentaria del Grupo Socialista, que hace que necesite los votos de los partidos que no tienen a España como principal preocupación.

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