El Mobile World Congress seguirá en Barcelona en 2019
Esta edición ha sido visitada por más de 107.000 personas, mil menos que en 2017
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Congreso Mundial de Móviles (MWC acrónimo en inglés), la mayor feria de tecnología móvil del mundo, permanecerá en Barcelona en 2019 después de cerrar la edición de este año con la asistencia de más de 107.000 personas, mil menos que en 2017. Aunque el clima político en Cataluña hizo temer que el MWC se trasladara a otra ciudad, finalmente la asociación GSMA, organizadora del congreso, ha ratificado que el evento seguirá en Barcelona el próximo año y que se celebrará del 25 al 28 de febrero en el recinto ferial de Gran Vía de L'Hospitalet.
GSMA, que lidera John Hoffman, ha calificado de "gran éxito en todos los ámbitos" la edición de 2018, si bien el congreso no ha podido batir un nuevo récord de participación, al congregar a unos 107.000 profesionales (en 2017 fueron 108.000) de 205 países, más de la mitad de ellos con cargos ejecutivos. "Estamos satisfechos con la cantidad de asistentes de alto nivel, en particular con la presencia de consejeros delegados, así como la mayor presencia de ministros y reguladores", ha señalado Hoffman, que ha recalcado que su objetivo no es tener el mayor evento, sino ofrecer una experiencia de alta calidad en todos los aspectos.
Más de 2.400 empresas, un centenar más que el año pasado, han mostrado sus últimas novedades en un salón que arrancó oficialmente el pasado lunes y que ha ocupado 120.000 metros cuadrados de exposición en Fira Gran Vía. El evento ha tenido repercusión mundial con la presencia de más de 3.500 periodistas y analistas internacionales y ha dejado en Barcelona y su área metropolitana más de 471 millones de euros, además de haber contribuido a crear 13.000 empleos temporales.
Durante estos cuatro días, además del fin de semana previo, compañías como Samgung, Nokia, Ericsson, Sony, Telefónica, Vodafone, HTC, ZTE, Huawei, Orange, Seat, Toyota o Xiaomi han presentado sus últimas novedades en dispositivos, pero también en otros ámbitos como el 5G, la inteligencia artificial, drones, robots o Internet de las Cosas (IoT).
Samgung, por ejemplo, ha elegido Barcelona para presentar al mundo su nuevo teléfono de gama alta Galaxy S9, en el que apuesta por la cámara para plantar cara al iPhone X; Nokia ha relanzado su legendario modelo 8110, que saldrá a la venta el próximo mes de mayo con conectividad 4G, y Huawei ha lanzado su nuevo portátil ultrafino con pantalla infinita. La edición de este año, sin embargo, ha estado marcada por la crisis política en Cataluña, lo que había generado interrogantes respecto a la continuidad de este evento.
El pasado 8 de noviembre, Hoffman, aprovechó una reunión del patronato de la Fundación Barcelona Mobile World Capital, que coincidió con una huelga general convocada ese día en Cataluña, para avisar de que el evento necesitaba "seguridad y estabilidad política", y de que sin esas condiciones mínimas la organización podría plantearse cambiar de sede. Los avisos por parte de la GSMA hicieron que el pasado 1 de febrero, en un acto organizado por el Ayuntamiento de Barcelona, todas las instituciones implicadas con el MWC -Gobierno, Ayuntamiento y Generalitat- hicieran frente común para dar la imagen de que Barcelona estaba preparada para seguir acogiendo el Mobile. Así, aunque el congreso se ha volcado en mostrar las novedades tecnológicas del sector y la actualidad respecto al 5G, la polémica política no ha quedado al margen del mismo.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente del Parlament, Roger Torrent, se ausentaron del recibimiento ofrecido el pasado domingo por el rey Felipe VI a los asistentes al MWC, si bien participaron luego en la posterior cena de bienvenida a los congresistas. Colau justificó ese gesto por el discurso que el rey pronunció el pasado 3 de octubre respecto a la crisis política en Cataluña. Aunque Torrent tampoco participó en el recorrido inaugural del lunes junto al rey y a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, sí lo hizo la alcaldesa y dos secretarios generales de la Generalitat, por lo que una vez abierto el congreso la polémica política se diluyó y dio paso al debate exclusivamente tecnológico.