Pedro Sánchez no se reunirá con la disidencia en su viaje a Cuba

Han sido necesarios 32 años para que un presidente del Gobierno pise de nuevo la isla caribeña en una visita oficial

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Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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Nada de lo que pueda suceder en La Habana será en ningún caso obra del azar. La Moncloa ha preparado hasta el último detalle de la visita de poco más de 24 horas para convertir a Pedro Sánchez en elprimer presidente del Gobierno en realizar un viaje oficial a Cuba en más de tres décadas. Desde Felipe González en 1986, ningún jefe del Ejecutivo español ha estado en la isla. Sólo José María Aznar la pisó en 1999, pero lo hizo para asistir a la IX Cumbre Iberoamericana. Como han razonado desde Presidencia del Gobierno, hay gran interés por ambos Gobiernos en intensificar las relaciones en beneficio de los dos países.

Gestada a finales de septiembre y confirmado a mediados de octubre, la presencia de Sánchez en la perla del Caribe con mayor peso nostálgico para España que cualquier otra antigua colonia pretende, según fuentes del Gabinete, “normalizar”, “estabilizar” e “intensificar” las relaciones entre ambos países o, en otras palabras, culminar una obligación pendiente en dos frentes, el político y el económico. Sabedor de las implicaciones de la visita, Pedro Sánchez llega en la tarde de este jueves 22 de noviembre (noche en España) al aeropuerto internacional José Martí de La Habana, desde donde se desplazará hasta la Plaza de la Revolución.

Flanqueado por el monumento a José Martí y el mural de Ernesto Che Guevara, los dos grandes iconos de la revolución castrista, Sánchez recibirá honores militares antes de su entrevista con el presidente Miguel Díaz-Canel. “Todos los temas estarán sobre la mesa”, han incidido en La Moncloa, deseosos de aprovechar el momento favorable propiciado por la actual posición de la Unión Europea de diálogo con la isla, pero a la vez conscientes de los riesgos de escenificar una suerte de luna de miel con el régimen. El encuentro entre ambos presidentes en el Palacio de la Revolución, seguido de una cena oficial, va a sancionar las relaciones.

Aunque el viaje relámpago en el que Pedro Sánchez acude acompañado por los ministros de Exteriores, Josep Borrell, y de Industria, Reyes Maroto, pasa por ser de índole político, el acercamiento entre ambos países incorpora una parte de agenda económica paralela. Este viernes, 23, incorpora a primera hora un desayuno con empresarios españoles, una representación de compañías con intereses en la isla como Telefónica, Iberia, Air Europa o la semipública Aena, además del recién estrenado presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, acudirán en el avión oficial del presidente del Gobierno que les dirigirá unas palabras antes de conocer de primera mano sus inquietudes y perspectivas. A renglón seguido, Pedro Sánchez hará lo propio en un foro empresarial hispano-cubano con doscientos invitados, representantes de todos los sectores.

Sin ningún contacto previsto con la disidencia, en La Moncloa tienen especial interés en dar el mayor tono de normalidad posible a la estancia, Sánchez aprovechará para rozar la realidad acercándose al pueblo al menos intentarlo, con un paseo por La Habana vieja. El recorrido por las calles empedradas de la capital cubana, donde más se sienten 400 años de vida en común de españoles y cubanos, arrancará con la entrega por parte del jefe del Ejecutivo de la silla de Antonio Maceo, líder del independentismo cubano a finales del siglo XIX, que fue requisada como botín de guerra y trasladada a Mallorca. La pieza, hecha de un tronco de palmera viajará en la bodega del avión presidencial, y será entregada por Sánchez, un préstamo temporal de dos años, recuerdo de nuestra historia común.

Una historia que llevará al Presidente a visitar después una exposición y reivindicar la proyección de la cultura española. Precisamente, por motivos históricos, culturales y lingüísticos evidentes, la cita con la sociedad civil hispano - cubana reunirá en la embajada de España frente al Malecón a 800 invitados. La recepción en la delegación española pondrá punto y final a la estancia tras una rueda de prensa de balance protagonizada por Pedro Sánchez. A partir de ahí, la delegación española habrá de hacer balance y abordar la invitación cursada al Rey Felipe VI para visitar la isla en 2019, en coincidencia con el 500 aniversario de la fundación de La Habana. 

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