Sánchez se refugia en Moncloa con sus ministros en el punto de mira
El presidente del Gobierno solo tiene en la agenda de esta semana actos en Moncloa
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Pedro Sánchez quiere seguir a cubierto. Si la semana en la que dos escándalos más han salpicado de lleno en su Gobierno -la amistad de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, con el excomisario José Villarejo; y el chalé a nombre de una sociedad del ministro Pedro Duque- el jefe del Ejecutivo la ha pasado en América sin modificar su agenda, capeando el temporal en la distancia y delegando en su portavoz Isabel Celáa; estos próximos días los va a pasar refugiado en La Moncloa.
La agenda del presidente solo recoge actos para los próximos días en su residencia y lugar de trabajo. Coincide que al ser la primera semana del mes Sánchez no tendrá que acudir a la sesión de control de los miércoles en el Congreso de los Diputados.
Este lunes el presidente del Gobierno tenía un único acto en su agenda: un encuentro y almuerzo de trabajo con el primer ministro de la República francesa, Edouard Philippe, enmarcado en el "Acto de Cooperación Hispano-Francés en la Lucha Antiterrorista".
"Día 2: Recibe, en el complejo de la Moncloa, al fundador del Foro de Davos". A esto se reduce la agenda oficial del presidente para este martes. Tampoco saldrá de su refugio.
El miércoles tampoco tendrá riesgo para el presidente del Gobierno, que recibirá también en la sede la presidencia al presidente de la Comunidad Valencia, Ximo Puig.
Sin actos oficiales previstos para el jueves, Sánchez presidirá el viernes la reunión del Consejo de Ministro, tras la cual comparece la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celáa, y algún ministro en función de los temas tratados, y después saldrá para acudir al congreso de emprendedores South Summit 2018, en Nave de Villaverde.
Falta por saber si Sánchez se enfrentará a las preguntas de la prensa en algunos de estos actos. El de este lunes, para empezar, se ha limitado a un discurso institucional.
Y si esta semana será Moncloa, la semana pasada, durante la tormenta, Sánchez la pasó haciendo las Américas entre los calcetines del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el intento de mostrar los más parecido a un recibimiento por parte de Donald Trump, que se limitó a ser una foto en la sede de la ONU con las esposas de ambos.
El presidente del Gobierno empezó su gira en Montreal, donde lanzó un mensaje al independentismo catalán poniendo como ejemplo a Quebec, donde se celebró un referéndum en 1995 donde ganó el no a la independencia, para intentar marcar la hoja de ruta de su Ejecutivo este otoño en Cataluña. Quebec fue reconocida en 2006 como una "nación dentro de un Canadá unido".
Cataluña siguió sirviendo de paragüas para Sánchez los primeros días, donde además se contradijo tras anunciar que pretendía estar en el Gobierno hasta 2020 para un día después decir que si aumentaba la tensión en Cataluña se plantería convocar elecciones.
El escándalo de Dolores Delgado lo solventó Sánchez en una rueda de prensa en la residencia del emabajador español en la ONU diciendo que era un ataque personal a la ministra. Y sobre el caso la vivienda de Pedro Duque a nombre de una sociedad para pagar menos impuestos no se sabe la opinión del jefe del Ejecutivo porque ya no volvió a comparecer más.
Pero la presencia de Sánchez en Estados Unidos, donde visitó Nueva York, Sacramento y Los Ángeles, no ha trascendido más allá de los medios españoles. Según informa el diario El Mundo, el presidente del Gobierno intentó tener relevancia en la prensa estadounidense, pero ni el intento de una entrevista en la CNN no prosperó, ni de sus reuniones con el Wall Street Journal y el New York Times estos medios han publicado nada.
Además, el principal encuentro que ha tenido Pedro Sánchez en Estados Unidos ha sido con el Gobernacor de California, Jerry Brown, ya en retirada ya que no concurrirá a la reelección.
Este domingo, Adriana Lastra, portavoz del PSOE en el Congreso, llamaba a los socialistas a resistir y a defender al Gobierno socialista de los ataques de la derecha española y la "basura mediática".
De momento, Sánchez va a resistir refugiado en la Moncloa.