Tras la legionela, el COVID se ceba con Alcoy: ¿tienen algo que ver las condiciones geográficas?

Entre 1999 y 2010, la ciudad de Alcoy sufrió una decena de brotes de legionela que se cobraron la vida de 12 personas y enfermaron a otras 300. Se ha llegado a pensar que la geografía alcoyana -ciudad entre montañas- y su potente actividad industrial podrían haber ayudado en la propagación de esta enfermedad respiratoria. Pero no hay resultados concluyentes. Ahora, la llegada con fuerza del coronavirus hasta esta ciudad alicantina ha vuelto a poner el asunto encima de la mesa. A finales de enero, Alcoy era la ciudad de España de más de 50.000 habitantes con la mayor incidencia, por encima de los 2.400 casos por cada 100.000 habitantes.

Fernando González, catedrático de genética, descarta que la geografía del lugar tenga algo que ver en todo esto. Además, este experto que, precisamente, ha estudiado los brotes de legionela en Alcoy, explica que ambas enfermedades siguen patrones distintos. González expone a COPE que la legionela es una bacteria que se transmite por inhalación de gotas cuyo origen está en el ambiente, nunca de una persona a otra. Mientras que la transmisión del coronavirus se produce de persona a persona.

Otro experto, el médico Carlos Aracil, quien estuvo durante 15 años al frente del Departamento de Salud de Alcoy, apuesta, más bien, por el contacto social para explicar la explosión de infectados tras la Navidad. Aracil cree que se sucedieron fechas importantes del calendario alcoyano en apenas 3 meses: los días de ‘Mig Any’ -cuando queda medio año para las fiestas de Moros y cristianos- el puente de diciembre y, por supuesto, la Navidad. En ninguno de estos tres casos, las reuniones fueron las de otros años. Pero sí que existió, entre los vecinos, más contacto social del que hubiera sido recomendable.

Así pues, la situación que ha vivido Alcoy puede servir como ejemplo para no repetir errores en el futuro. Sobre todo, pensando en próximas fechas relevantes como la Semana Santa. No servirá de nada que se cancelen todos los eventos y las celebraciones si la población se sigue juntando en reuniones privadas.