Los pactos post-26M pondrán a prueba la cintura de Sánchez

Barones planean pactos con Ciudadanos, pese a la orden en contra del líder. El entorno del presidente augura el triunfo en municipales y europeas

Los pactos post-26M pondrán a prueba la cintura de Sánchez

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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El PSOE se ha dado de bruces con la irrupción de un nuevo actor por la derecha, Vox, y una izquierda a la baja, Podemos, que merma las expectativas de mantener la hegemonía territorial que lograron los socialistas en 2015 a través de alianzas post-electorales. La capacidad de las siglas de Santiago Abascal de apuntalar pactos PP-Ciudadanos como en Andalucía pone en peligro el poder territorial el próximo 26 de mayo. Así quedó reflejado, según ha podido saber la Cadena COPEen un sondeo interno en manos de Pedro Sánchez y su núcleo duro.

La encuesta, de urgencia, fue encargada al calor de los resultados en Andalucía del pasado 2 de diciembre. Según esos datos demoscópicos, el “efecto arrastre” de Vox irrumpía con fuerza en prácticamente todos los parlamentos autonómicos, siendo permeables Madrid, Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura o Castilla La Mancha, complicándoles la existencia a distintos barones. El escenario de fragmentación abierto en canal, el hundimiento de los morados, supone un reto para los socialistas en el objetivo de mantener su cuota de poder.

La dirección socialista tendrá en cuestión de semanas sobre la mesa una encuesta que promete ser definitiva. Con estudios propios trabajan ya los barones. Sánchez ha ordenado la confrontación con Ciudadanos. “A Albert Rivera ni agua”, ha trasladado el líder socialista. Presidentes autonómicos, en cambio, piensan en los naranjas para seguir al frente de sus gobiernos y distintas fuentes hablan incluso de “un pacto entre el manchego Emiliano García-Page y el aragonés Javier Lambán” para coordinar consensos con Ciudadanos.

Lambán tendría cerrado, de dar los números, un “cambio de cromos” con los de Rivera. El escenario idóneo pasa por salvar Aragón pero apoyándose en los votos de Ciudadanos y, a cambio, facilitar la alcaldía de Zaragoza a los naranjas. Con idénticos criterios actuaría García-Page en su propio territorio. Desde ese mismo prisma también contemplaría la realidad el extremeño Guillermo Fernández Vara. Para ellos el examen llega en cuatro meses y en su propia casa, donde ya avisan que la irrupción de VOX hipoteca su poder institucional.

Entre cercanos a Sánchez, al margen de lo que él mismo preconiza, hay quienes ven en la necesidad de Ciudadanos de “blanquear” el doble acuerdo en Andalucía del PP, con ellos por un lado, con VOX por otro, la oportunidad de retener Aragón, Castilla La Mancha, o Extremadura, además de creer, con menor convicción, eso sí, en mantener Asturias, Comunidad Valenciana o Baleares. Muchas mayores dificultades contemplan en Ferraz para que la izquierda conserve grandes ciudades. Madrid, Barcelona o Valencia, en manos de plataformas creadas en torno aPodemos, cambiarían de manos.

En cambio, colaboradores del presidente del Gobierno relativizan a VOX como el fruto del “soufflé” andaluz, vaticinando un desinfle en estos “tiempos líquidos” de la política. De hecho, en los aledaños de La Moncloa han llegado a considerar “buena noticia” que se proyecte la posibilidad de gobiernos del “consorcio de derechas” para movilizar al siempre remolón electorado de izquierdas. De creer a esas fuentes, los mitines de fin de semana de Pedro Sánchez por España están teniendo “excelente acogida”.  Tanto como para vaticinar, y así lo creería el propio Sánchez, la condición de primera fuerza del PSOE en las municipales y europeas. 

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