Sin micrófonos | Los parias de la frontera: 40.000 subsaharianos, listos en Marruecos para saltar a España
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No tienen ni para pagar la patera, una deuda que puede alcanzar entre 2.000 y 5.000 euros, según las condiciones, el momento o el medio de transporte elegido, y que se convierte en ocasiones en una deuda que les ahoga tanto como las aguas del Estrecho. Sólo disponen de sus manos, sus piés y la voluntad imbatible de alcanzar Europa. Ya han llegado al último punto de África para saltar a este lado.
En Marruecos, en el norte del país alahuita, hay instalados, según estimaciones policiales, entre 40 y 50.000 subsaharianos listos para dar la última batalla que les ponga en suelo europeo, en España.
El último asalto a la valla de Ceuta pone el foco en la localidad marroquí de Castillejos. Hasta hace 4 o 5 meses los inmigrantes aguardaban, en chabolas, tiendas o directamente bajo los setos, en una zona de monte bajo entre esa población y Tánger.
Sin embargo, según aseguran a COPE fuentes marroquíes, las cosas han cambiado: en el monte eran fácilmente detectables a través de rayos infrarrojos desde un helicóptero de las fuerzas de seguridad españolas que comunicaban al instante la ubicación a sus colegas marroquíes. Ahora han decidido evitar ese control, que les hacía más predecibles, escondiéndose directamente en las calles de la propia Castillejos, con unos 120.000 habitantes. Eso les sitúa a unos 2 kilómetros de la frontera española.
Marruecos, clave en el control de los acampados
El último asalto, no obstante, sorprende a estas fuentes marroquíes. No se entiende cómo el Ejército alahuita no ha podido interferir una movilización tan importante hacia la valla cuando “las Fuerzas Auxiliares no cesan de patrullar las calles de la localidad y siguen teniendo buena información sobre sus movimientos”. Un asalto que viene a demostrar a decir de estas fuentes que “los inmigrantes disponen de estructuras y dirección. Hay líderes que les organizan por comunidades, países, zonas de influencia anglófona o francófona. Se hacen con comida, ropa, teléfonos móviles con ayuda de cooperantes marroquíes, españoles o franceses".
En este último asalto se armaron además con radiales para cortar la valla, cal viva o pequeños artefactos repletos de heces para arrojar contra los agentes que impidieran su paso. El nivel de violencia alcanzado es un elemento diferenciador respecto a avalanchas anteriores.
"La clave del control sobre los movimientos de esa masa humana, no obstante, la mantienen las autoridades marroquíes", nos dicen fuentes policiales con competencia en la materia en nuestro país. La llegada de un nuevo gobierno en España siempre genera expectativas en el vecino del sur en defensa de sus intereses, tanto de cara a las relaciones bilaterales como en asuntos que se debaten en el ámbito europeo. En esta ocasión, con la irrupción de Pedro Sánchez, no ha sido menos.
Sorprendió en el Gobierno marroquí el anuncio del recién estrenado ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, de que aspiran a retirar las concertinas de las vallas en Ceuta y Melilla por las heridas que pueden producir esas cuchillas en los asaltantes. El anuncio no gustó en Rabat y se lo explicaron al ministro español en su visita reciente a ese país. Admiten las fuentes en el gobierno de Sánchez que Marruecos trasladó su malestar “porque esas cosas no se hablen previamente y se tuvieran que enterar por la prensa”.
Asociaciones de la Guardia Civil, sindicatos policiales y las fuentes marroquíes consultadas por COPE advierten sobre las expectativas que ha podido generar ese anuncio en los que se movilizan desde el sur de África hacia Europa. Un anuncio que puede reforzar el cambio de las rutas de las mafias de la inmigración: Al llegar a Niger ya no dirigen su objetivo casi de manera exclusiva hacia el Mediterráneo oriental (Italia y Grecia) a través de Libia.
El endurecimiento de las políticas migratorias de los gobiernos italianos, han hecho que las rutas vayan ahora hacia Argelia y Marruecos, especialmente éste último. Objetivo: España.