Sánchez multiplica su presencia pública por miedo al pinchazo el 4-M
El presidente tira de la pandemia, las vacunas o de los fondos europeos para confrontar con Ayuso
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La contienda en Madrid del 4 de mayo ha entrado de lleno en La Moncloa. Ante un escenario preocupante para los intereses socialistas, con pronósticos que pueden repercutir en el tablero para conservar el Poder en las próximas generales, Pedro Sánchez ha cambiado el paso.
Obligado a redoblar los esfuerzos para consolidar una segunda posición del PSOE-M digna de tal nombre, el Presidente afronta una permanente presencia pública cargada de mensajes positivos, que arrancó con el anuncio de un acelerón al plan de vacunación. La confusión sembrada con AstraZeneca justo 24 horas después de la comparecencia extraordinaria de Sánchez obligó a ajustar la estrategia, culpando a la Comunidad de Madrid de “enredar y sembrar dudas”, sin dejar por ello de negar con vehemencia interferencias en el calendario. El campo de juego de los guionistas presidenciales contempla puntuar con agresividad contra la presidenta Isabel Díaz Ayuso y al mismo tiempo tratar de insuflar optimismo. En ese gran objetivo cabe igualmente el final del estado de alarma el próximo 9 de mayo.
Tras inaugurar este lunes en la Casa de América de Madrid un foro económico, Pedro Sánchez ya tiene comprometido como plato fuerte aprobar el martes en Consejo de Ministros el plan de recuperación de la economía española, o lo que es lo mismo, además de reformas en ciernes, el reparto de unos 80.000 millones de euros de ayudas europeas. Con el 30 de abril como fecha límite para presentar el plan ante Bruselas, el jefe del Ejecutivo ha decidido enviarlo, tras encadenar dilaciones, la próxima semana. Así, Sánchez podría usar de nuevo por sorpresa la sala de prensa de La Moncloa tras la reunión semanal del Gabinete para vender a bombo y platillo el millonario fondo de la UE.
Una baza más ante las urnas madrileñas. En la sala de máquinas monclovita las denominan sin paños calientes “comparecencias electorales” del presidente. “Vacunación y fondos europeos”. Ambas cuestiones van a centrar la presencia de Pedro Sánchez este miércoles en el Pleno de las Cortes. Será entonces cuando rinda cuentas por última vez del estado de alarma, toda vez reniega ahora de convertir un paraguas legal extraordinario en ordinario. Su intención, a la postre, es seguir dejando en manos de las Comunidades Autónomas el control de la pandemia.
El abuso de la jefatura del Gobierno en favor de intereses partidistas ha conducido irremediablemente al choque de trenes con Díaz Ayuso, en el intento de movilizar al electorado de izquierdas, como admite el entorno de Sánchez. Tanto ha sido así como para haber caído en la insidia y cuestionar en charla informal la veracidad de las cifras de contagio ofrecidas por las autoridades de una región definida en situación de “alto riesgo”. Las expectativas, sin embargo, siguen sin ir como esperaban en el complejo presidencial y se palpa un pesimismo contenido en el PSOE. Hasta el 4-M la inmersión del puesto de mando en la campaña será total. Y el clima promete hacerse irrespirable.