Sin Micrófonos: El sudoku de Podemos para las municipales

Pablo Iglesias tiene a día de hoy un vacío de poder, más allá de los círculos, en buena parte del mapa municipal

El sudoku de Podemos para las municipales

Alberto Escalante

Publicado el - Actualizado

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Los llamados ayuntamientos del cambio en Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Santiago o Cádiz son la bandera con la que Podemos presume de gestión, toda vez que a nivel autonómico su escasa experiencia se limita a la vicepresidencia su socia de Compromis Mónica Oltra en la Comunidad Valenciana y a la reciente entrada de José García Molina en el gobierno de Castilla-La Mancha. Por eso, el partido morado es consciente de la importancia de mantener la mayor parte de esas plazas y, a ser posible, lograr alguna más en las municipales de 2019. Pero, a poco más de un año para que se renueven las corporaciones locales, afronta un rompecabezas difícil de encajar. Un auténtico sudoku.

Para empezar, necesita zanjar las incertidumbres que se ciernen sobre las dos principales ciudades españolas. En Madrid, Manuela Carmena se resiste a repetir como aspirante a la alcaldía si no le garantizan el control de su candidatura. Y en Barcelona, Ada Colau afronta un turbulento final de legislatura en minoría tras romper con el PSC por su apoyo a la aplicación del artículo 155. Tampoco bajan del todo mansas las aguas internas en Zaragoza, Valencia, Cádiz o los ayuntamientos gallegos.

En todas esas ciudades, como en el resto de España, Podemos renunció a presentarse con su propia marca en 2015 ya que apenas acababa de nacer y estaba formando sus primeros Consejos Ciudadanos Municipales. Sin la estructura necesaria para afrontar un reto de esa magnitud, prefirió apoyar distintas candidaturas en cada localidad. En muchos casos, meras amalgamas de gente de diversa procedencia que no siempre han tenido una convivencia tranquila.

Tres años después, los mandatos de esas ejecutivas primigenias han vencido en casi toda España y Podemos tiene a día de hoy un vacío de poder, más allá de los círculos, en buena parte del mapa municipal. Por ejemplo, en Cantabria, sólo está activa la dirección de Santander y de las tres capitales valencianas, únicamente Alicante tiene una estructura vigente. A lo largo de los próximos meses, Podemos tiene previsto elegir nuevos Consejos Municipales en tres tandas de primarias y aprovechará el proceso para racionalizar su estructura en base a la cantidad de militantes en cada territorio.

Por si todo esto fuera poco, está el frente abierto con Izquierda Unida que quiere ir más allá en su alianza con Podemos. Alberto Garzón pidió a primeros de año cerrar antes de primavera un acuerdo marco para presentarse juntos en toda España a las municipales y autonómicas. Podemos prefiere negociar acuerdos en cada municipio o comunidad. Aún así, a punto de vencer ese plazo fijado por Garzón, desde la dirección morada hablan de “mucha sintonía” y anticipan avances en las próximas “semanas o meses”. Están en la fase de “pensar juntos”.

Con este panorama, no es de extrañar que este lunes Pablo Echenique admitiera “la gran complejidad logística” de las elecciones municipales porque hay “8.125 municipios y multitud de actores políticos y orgánicos”. El secretario de organización advertía de que la necesidad de encontrar “un esquema inteligente para dar la talla y presentar papeletas a la altura de nuestros vecinos en todos los pueblos” teniendo en cuenta “las peculiaridades de cada territorio”.

Podemos quiere que las elecciones de 2019 sean un trampolín para intentar con garantías un nuevo asalto a los cielos de Pablo Iglesias en las generales previstas para 2020. El primer paso es resolver el sudoku de las municipales.

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