Chema Gil, experto en geopolítica, en COPE: "Cuesta imaginar una reunión entre Biden y Putin en este momento"

Las administraciones de ambos países tenían previsto un encuentro este jueves, aunque sin concretar los detalles. Tras los últimos actos de Rusia, ese escenario no parece probable

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Chema Gil, experto en geopolítica, en COPE: "Cuesta imaginar una reunión entre Biden y Putin en este momento"

Alex García

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Rusia y Estados Unidos continúan con su particular Guerra Fría en un momento de total tensión entre ambos lugares. La circunstancia es enormemente incómoda a nivel internacional; pero desde luego, no es un escenario nuevo para ninguno de los dos países. Desde siempre se ha conocido una constante guerra desarmada de poder, en la que tratan ambas potencias de hacerse con el mayor poder posible, como si ninguno de los dos tuviera. Ese afán de dominio no deja y no termina por mucho que calmen las aguas; ambos compiten por ser la mayor potencia mundial, por muchas consecuencias negativas que esto pudiera tener.

Como la actualidad manda, y las cámaras no dejan de enfocar lo que a diario sucede en suelo ucraniano, en las últimas horas ha trascendido el paso adelante que ha impuesto el Gobierno ruso, en concreto por los actos de su Presidente. Vladímir Putin reconoció la independencia de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este ucraniano, un paso que ha servido para echar aún más leña en el choque con Occidente y Ucrania, que instaban al diálogo para resolver el conflicto que estalló en 2014.

Como sabemos todos, los actos tienen consecuencias, y estas llegarán también a suelo rusos. "Las sanciones económicas apuntan a que serán graves y tendrán consecuencias en el patrimonio de los rusos", así lo ha contado a los micrófonos de COPE el experto en seguridad, terrorismo y geopolítica Chema Gil. Las consecuencias no han tardado en salir a la luz, y lo más reciente relaciona a los ex soviéticos con Alemania. Su canciller, Olaf Scholz, ha anunciado este martes, que llevará a cabo el bloqueo de la certificación del gasoducto Nord Stream 2 como respuesta a la iniciativa del presidente ruso, Vladímir Putin, de reconocer a los territorios separatistas prorrusos de Ucrania.

Una reunión dinamitada

Este jueves estaba previsto un encuentro entre ambas administraciones, la rusa y la estadounidense. Bien es cierto que no se conocían muchos detalles de la misma, de hecho no quedaba claro si se iba a tratar de un cónclave entre los presidentes, o si Biden sería sustituido por su Secretario de Estado, Antony Blinken. Ni miembros ni horarios previstos, pero todo apunta a que esa cita trascendental no se va a producir.

"Biden dijo que se reunirían si existiera un compromiso de no invadir Ucrania", cuenta Chema Gil, quien afirma igualmente, que "Rusia no ha reconocido a Ucrania como país". Lo cierto es que esas premisas igualmente no se han respetado, lo que deja un marco de reunión enormemente delicado. "Siendo cautos, hablar de encuentros entre Estados Unidos y Rusia en estas circunstancias resulta precipitado", añade Gil.

Lo cierto es que toda esa hegemonía de diálogo y diplomacia de la que la Ministra de Defensa de España, Margarita Robles hablaba en la mañana de hoy en Herrera en COPE, parece estar cada vez más comprometida con el transcurso de los actos de estas últimas jornadas. A pesar de todo, cuando preguntamos a Chema Gil por una posible respuesta bélica de Estados Unidos, la respuesta es clara: "es muy poco probable, los norteamericanos se encuentran vulnerables".

Esa vulnerabilidad reside de los últimos actos que ha protagonizado la administración Biden. El asalto al Capitolio de días antes de la toma de poder del Presidente, la retirada de tropas de Estados Unidos de Afganistán, y la constante sensación de desequilibrio a la cabeza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Tensión reiterada

Hay otro argumento fundamental que invita a pensar que esa reunión no va a celebrarse, y es la historia. En momentos de tensión, nunca se han juntado las dos potencias. Chema Gil nos apuntaba dos circunstancias en concreto, en las que los niveles de "tormenta conflictiva" tenían una característica similar.

Uno de ellos fue en el año 1961, cuando Alemania y Berlín fueron divididas en oriental y occidental y ambas administraciones se encontraban en un choque constante que desembocó en la Guerra Fría. Ese instante se unió a la crisis de los misiles, cuando los soviéticos instalaron en Cuba una base militar con misiles nucleares y se produjo la Invasión de la bahía de los Cochinos. En ese momento, cuenta Gil "el mundo entero estuvo lo más cerca que se recuerda de disputar una Tercera Guerra Mundial".

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