China refuerza la “Gran Muralla” de la censura en internet

Aumentan los controles y bloqueos contra las críticas al plan del presidente Xi Jinping para perpetuarse en el poder

China refuerza la “Gran Muralla” de la censura en internet

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La censura que impera sobre internet en China se ha reforzado tras el anuncio de la reforma constitucional para eliminar el límite de dos mandatos que tiene cada presidente. Dicho cambio permitirá al actual, Xi Jinping, perpetuarse en el poder más allá de 2023, cuando en teoría debería retirarse. Incluido en la Constitución en 1982, dicho tope de dos mandatos presidenciales pretendía impedir los desmanes personalistas que se vivieron durante la época de Mao Zedong, que llevaron a catástrofes con millones de muertos como el “Gran Salto Adelante” (1958-62) y la “Revolución Cultural” (1966-76). Pero esta enmienda constitucional, que será aprobada en la reunión de la Asamblea Nacional Popular que empieza la próxima semana, provocará un cambio trascendental en el autoritario régimen chino, que pasará de ser una dictadura de liderazgo colectivo a una de carácter personalista.

Anunciada el domingo por la tarde, en plena vuelta de las vacaciones por el año nuevo lunar, la noticia ha pasado de tapadillo en los medios oficiales en chino, que la han ocultado entre otras reformas constitucionales que serán aprobadas por la Asamblea, el Parlamento orgánico del régimen. Aun así, ha provocado numerosos comentarios en las redes sociales. Pero, como no podía ser de otra manera, la censura ha vuelto a actuar para borrar las críticas al presidente Xi, llegando incluso a desactivar los comentarios en algunas páginas “web”.

Y es que, según informa la agencia Reuters, algunos internautas han comparado a China con Corea del Norte, donde la familia Kim lleva ya tres generaciones en el poder. “Seguimos el ejemplo de nuestro vecino”, bromeaba un comentario antes de ser eliminado en Weibo, la copia del bloqueado Twitter.

De igual modo, la censura impide buscar ciertos términos “sensibles” como “reforma constitucional”, “límite de dos mandatos”, “ascenso al trono” y “Yuan Shikai”, nombre del general que presidió la Primera República china entre 1912 y 1916 y se proclamó emperador. Entre los “memes”, ha vuelto a aparecer el osito Winnie the Pooh, con quien los internautas comparan al presidente Xi. En uno muy fino, se ve al famoso personaje de Disney acaparando una tinaja de miel y diciendo: “Encuentra algo que te guste y pégate a ello”, en clara referencia al deseo de Xi Jinping por aferrarse al cargo.

Con más de 770 millones de usuarios, internet está férreamente controlado en China. Al bloqueo desde hace años de portales tan populares como Facebook, Youtube o Twitter se suma la censura de todos aquellos temas políticamente sensibles. Entre los términos vetados destacan algunos como “democracia”, “derechos humanos”, “matanza de Tiananmen”, “Tibet”, “Falun Gong” o “independencia de Taiwán”, la isla que permanece separada del régimen desde el final de la guerra civil (1945-49). En tiempo real, una legión de informáticos vigila la Red para atajar las críticas al régimen e impedir así que una revolución como la “Primavera Árabe” pueda extenderse en China a través de las redes sociales. Sometiéndose a las leyes de la censura, portales con millones de usuarios como Weibo y WeChat son la copia china de Twitter y WhatsApp, pero sus contenidos están restringidos y sus conversaciones pueden ser monitorizadas en tiempo real.

El pasado verano, cuando el Nobel de la Paz Liu Xiaobo falleció de un cáncer fulminante mientras cumplía once años de cárcel por reclamar democracia, los enlaces a noticias de medios extranjeros enviados por WeChat eran eliminados automáticamente, tal y como pudo comprobar este corresponsal. Casualidad o no, mi correo electrónico de Yahoo ha sido bloqueado en alguna ocasión junto al de otros corresponsales extranjeros en China.

Para saltarse esta “Gran Muralla cibernética”, los extranjeros que viven en este país y muchos chinos recurren a los servicios de pago VPN (virtual private network o red virtual privada), que ofrecen por unos 12 euros al mes conexiones a servidores en otros países para entrar en las páginas “web” prohibidas. Entre ellos destacan las aplicaciones de Astrill y ExpressVPN, pero incluso a veces son cortadas por la censura y no se puede acceder a ellas. El bloqueo de estas VPN ha sido muy criticado por las embajadas y empresas extranjeras porque afecta a sus negocios, pero también por investigadores y científicos chinos que se ven privados de acceder a valiosos canales de información.

Llegando a extremos surrealistas, Weibo ha bloqueado incluso expresiones como “en contra” o “emigración”, que son algunas de las reacciones que ha provocado entre los internautas el anuncio de Xi Jinping de perpetuarse en el cargo. Cada vez que un usuario escribe dichos términos, un mensaje bloquea la página “web” o aplicación y le recuerda que van en contra de la ley.

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