Al menos 86 muertos en ataques de pastores armados en Nigeria
El parlamentario estatal Peter Ibrahim Gyendeng eleva la cifra de fallecidos a 170 personas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Al menos 86 personas han muerto en Nigeria en ataques supuestamente cometidos por pastores armados de la etnia Fulani (de mayoría musulmana) en pueblos del estado central de Plateau, según ha informado este lunes la Policía.
La violencia estalló a última hora de este sábado en la zona de Barkin Ladi y provocó hoy ataques de represalia en Jos, capital de Plateau, estado donde suele haber conflictos de tinte étnico-religioso entre pastores y granjeros.
El gobernador del estado, Simon Lalong, ha declarado un toque de queda desde las 18.00 hasta las 6.00 horas de este lunes (7.00 en España) en las zonas afectadas con el fin de imponer el orden, e hizo un llamamiento a la población para mantener la calma.
"86 personas murieron, 6 resultaron heridas, 50 casas fueron incendiadas, 15 motocicletas y 2 vehículos a motos fueron quemados", ha afirmado el portavoz de la Policía de Plateau, Terna Tyopev, en un comunicado publicado por los medios locales.
Los ataques, que empezaron cerca de la medianoche del sábado y se prolongaron hasta la madrugada del domingo, fueron cometidos por grupos de pistoleros con armas sofisticadas, incluidos fusiles de asalto, que invadieron diez localidades, ha dicho al diario Nigerian Tribune el parlamentario estatal Peter Ibrahim Gyendeng. "Mi circunscripción estuvo durante toda la noche bajo un fuerte bombardeo de los pastores", ha asegurado Gyendeng, al ir más allá que la Policía y asegurar que fallecieron unas "170 personas".
"Hemos perdido la confianza en los agentes de seguridad", ha subrayado el parlamentario, al denunciar que en las últimas tres semanas se han producido ataques mortales sin que las fuerzas de seguridad hayan hecho nada para impedirlo.
Pam Chollom, un pastor de la Iglesia de Cristo en las Naciones (COCIN, en sus siglas en inglés), ha culpado de los ataques a pastores armados y ha señalado que la mayoría de las víctimas regresaban del entierro de un líder de la comunidad.