Al menos 38 muertos en las movilizaciones del domingo contra el golpe de Estado en Birmania
La Asociación de Asistencia a Presos Políticos de Birmania denuncia "disparos contra manifestantes pacíficos, muchos de ellos estudiantes y jóvenes desarmados"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Al menos 38 personas han muerto durante la jornada del domingo durante las movilizaciones contra el golpe de Estado militar del pasado 1 de febrero por el que las Fuerzas Armadas tomaron el poder en Birmania, según el balance de la Asociación de Asistencia a Presos Políticos de Birmania (AAPP, por sus siglas en inglés).
En total la AAPP ha contabilizado 126 fallecidos "debido a la represión violenta y arbitraria" y denuncia por ello un "drástico aumento" de las víctimas mortales entre los "héroes que han sacrificados sus vidas por la libertad, en la lucha por la democracia, los Derechos Humanos y el fin de la dictadura".
Además, la AAPP denuncia en su web que durante la jornada del sábado fueron detenidas, imputadas o condenadas 2.156 personas. Tres de ellas fueron condenadas: dos a dos años de prisión y otra a tres meses de cárcel, mientras que 73 han sido imputadas y 319 han sido puestas en libertad. Otras 1.837 siguen detenidas.
La AAPP denuncia "disparos contra manifestantes pacíficos, muchos de ellos estudiantes y jóvenes desarmados". En particular recoge que se empleó munición real en Hlaing Tharyar, Shwe Pyi Thar, Okkalapa Sur, Okkalapa Norte, Dagon Norte, Dagon Sur, Thingangyun, Tamwe, Kyi Myin Tine, Rangún, Bago, Mandalay, Loikaw y Hpakant.
En Rangún los enfrentamientos habrían sido especialmente intensos en el distrito de Hlaing Thar Yar, "convertido en un campo de batalla" y donde ha habido al menos 22 civiles muertos y más de 20 heridos, tres de ellos críticos. Las fuerzas de seguridad habrían incendiado varios inmuebles.
Este mismo domingo, el gobierno del Comité Representante de la Asamblea de la Unión formado como gobierno legítimo tras el golpe de Estado, ha anunciado que la población tiene el derecho legítimo a defenderse de los golpistas y ha legitimado a los grupos de autodefensa surgidos tras la asonada.