El increíble caso del país limítrofe con China sin muertos ni contagiados por COVID-19
Los ciudadanos de este país asiático se encuentran sometidos a estrictas restricciones desde enero. Sin embargo su esfuerzo queda reflejado en sus buenas cifras
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El coronavirus ha demostrado que no hay nada que se le interponga. Ha saltado las fronteras de todo el mundo y no ha hecho ningún tipo de distinción. Por el momento hay más de 13,8 millones de casos a nivel mundial y más de 590.000 personas han perdido la vida a causa del virus.
Mongolia queda encajonada en la zona oriental de Asia entre dos grandes potencias: limitando con Rusia al norte, y con China al sur. Con una superficie de más de 1,5 millones de kilómetros cuadrados y más tres millones de habitantes, nadie podría pensar que el coronavirus apenas hiciera daño al país. Ahora Mongolia es la envidia mundial en cuanto a su reacción ante la pandemia y su gestión de la crisis sanitaria que, por el contrario, sí ha azotado con fuerza a todo el mundo.
Mongolia contaba con muchos factores para convertirse en en un país vulnerable ante la pandemia, pero su rápida reacción lo ha salvado de una muerte segura.
La gestión de Mongolia, aplaudida en todo el mundo
El siete de enero, Pekín hizo saber de la existencia de un nuevo virus desconocido. Tan solo siete días después, las autoridades chinas confirmaron la presencia del nuevo coronavirus. Por aquel entonces, China tan solo había notificado 200 casos positivos y cuatro fallecidos. Y fue entonces cuando se tomó la decisión de poner en cuarentena a los once millones de habitantes que residían en Wuhan.
La capital de Mongolia, Ulán Bator, recibió las noticias con sorpresa pero reaccionaron a tiempo. El 24 de enero decidieron cerrar todas las escuelas y el día 31 optaron por por cortar todos los enlaces que tenían con China. Esto no solo incluía la circulación de personas, sino también la prohibición de entrada de cualquier producto procedente del gigante vecino, que ya comenzaba a vivir las primeras consecuencias del virus en Wuhan.
Sin embargo, todas estas medidas no se detuvieron ahí y el gobierno mongol decidió dar un paso más. Se cancelaron las celebraciones por el Tsagaan Sar, el Año Nuevo lunar mongol. No solo fue una restricción muy polémica para muchos, sino que nunca antes se había tomado aquella decisión. Sin embargo, sus cifras actuales demuestran que todo ese esfuerzo ha valido la pena.
Así fue, como después de Corea del Norte, Mongolia se blindó frente al coronavirus. El país siempre se ha caracterizado por contar con un sistema sanitario especialmente básico. Si a esto se le añade que más de un tercio de la población es nómada, el gobierno supo de inmediato que una pandemia mundial en el país podría ser letal.
243 contagios y cero fallecidos
Esa es la cifra oficial de contagiados por coronavirus en Mongolia. El primer caso se detectó a finales de marzo. Se trataba de un ciudadano francés que había viajado al país desde Rusia. Desde ese primer caso, y hasta hoy, tan solo se han detectado 243 contagios, y ninguno de ellos ha sido de transmisión local. Esto se traduce en que la tasa de pacientes confirmados de coronavirus en el país es de 7,6 por cada cien mil habitantes.
Sin embargo, la cifra que más sorprende es la de fallecidos: cero. Mongolia puede presumir de vestir esa cifra, probablemente la mejor recompensa a todos sus esfuerzos.
Las claves por las que Mongolia es la envida de todo el mundo
Todos los factores indican que Mongolia actuó rápido y de forma contudente. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha felicitado al país por la forma en la que se ha blindado ante el virus para evitar una crisis sanitaria. No solo por las decisiones tomadas de forma rápida efectiva, sino que también ha sido fundamental el sistema de rastreo de los casos positivos y de sus contactos para evitar la transmisión del virus.
Sin embargo, al margen de todas las decisiones tomadas por el gobierno, otro de los factores decisivos que han marcado el destino de Mongolia han sido los ciudadanos. Si bien, algunas restricciones fueron muy criticadas, se aceptaron y los mongoles cumplieron con todas las medidas que se los habían impuesto. Desde el uso de las mascarillas hasta la importancia de la higiene fueron medidas claves para detener la expansión del virus.
Si bien aún no pueden relajarse, dados los rebrotes que se están sucediendo en países de todo el mundo, Mongolia puede presumir de algo que muy pocos países han podido hacer: erradicar el virus a tiempo para salvar la vida a todos sus ciudadanos.