CORRUPCIÓN
La policía no detendrá a Lula hasta este sábado
El ex presidente brasileño ha rechazado entregarse este viernes, como le ordenó el juez que le ha impuesto la condena de 12 años de cárcel
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Policía Federal de Brasil ha confirmado que no ejecutará en lo que queda de viernes en ese país, ni durante la madrugada del sábado, el mandato de prisión que pesa contra el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, según han señalado fuentes del organismo.
Lula se encuentra en la sede de un sindicato de Sao Paulo desde la noche del jueves. Este viernes ha rechazado entregarse de manera voluntaria a la Justicia, como le había permitido el juez federal Sergio Moro en su auto de prisión. Esas fuentes han indicado que los efectivos de la Policía Federal que están ya preparados para cumplir con la orden judicial solo podrán actuar a partir de la mañana del sábado y tampoco han garantizado del todo esa posibilidad.
De acuerdo con el exsenador Eduardo Suplicy, del Partido de los Trabajadores (PT), Lula parece tener pensado "dormir" en el sindicato esta noche y asistir este sábado a una misa en memoria de su fallecida esposa, Marisa Leticia.
Fuentes del PT confirmaron anteriormente que el antiguo dirigente estatal negociaba su entrega con las autoridades a pesar de haber cumplido el plazo previsto en el auto de prisión del juez federal Sergio Moro, que concedía a Lula hasta las 20.00 GMT de hoy para entregarse de manera voluntaria y empezar así a cumplir su pena.
Esa línea fue confirmada también por el presidente de la Federación Nacional de los Policías Federales (Fenapef), Luís Antônio Boudens, quien dijo que "cuantos menos traumas tenga la ejecución de la orden y cuanto más preservados sean los participantes de la acción mejor".
Moro decretó el jueves una orden de prisión contra el exjefe de Estado (2003-2010) para que empiece a cumplir la pena de 12 años y 1 de mes por corrupción pasiva y lavado de dinero. El magistrado ha condenado a Lula en julio de 2017 a 9 años y 6 meses de prisión al dar por comprobado que obtuvo un apartamento en la playa a cambio de beneficiar a la constructora OAS con contratos de Petrobras.
La condena fue aumentada en enero pasado a 12 años y 1 mes por un tribunal de segunda instancia, que además determinó su ingreso en prisión una vez agotados los recursos en esa corte. La defensa del líder político más carismático de Brasil ha intentado este viernes sin éxito varios recursos in extremis para evitar su prisión.