¿Qué está pasando en Irán?
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Irán se encuentra ahora mismo en una delicada situación política y social, y los ciudadanos se han echado a las calles para reclamar cambios. El pistoletazo de salida de estas protestas fue el pasado martes 28 de diciembre, y comenzaron en Mashhad, la segunda ciudad más grande del país. Hasta entonces, más de una veintena de personas han muerto en las revueltas, y más de un millar han sido detenidos. Algunos de ellos, incluso, podrían ser condenados a muerte.
1. ¿De qué se quejan los ciudadanos iraníes?
La débil situación económica que atraviesa el país y la falta de alimentos ha provocado que miles de ciudadanos se manifiesten a lo largo y ancho del país contra el régimen de Hassan Rohani. No solo protestan por la situación del país, sino también por determinadas posturas internacionales que ha tomado Rohani sobre, por ejemplo, el conflicto de Palestina o el Líbano. Esto último, a juicio de los protestantes, ha provocado que Irán pierda importantes cantidades de dinero. También claman contra la enorme inflación aplicada sobre los productos básicos, la elevada tasa de desempleo y las desigualdades sociales y económicas.
2. ¿Quién es Hassan Rohani?
Rohani alcanzó la presidencia de la República de Irán en el año 2013, después de ocho años de mandato de su predecesor, el conservador Mahmoud Ahmadinejad. Prometió a los iraníes en campaña electoral mejorar los datos económicos del país y erradicar las desigualdades sociales. Una de las maniobras políticas más sonadas fue el histórico acuerdo nuclear con el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, en 2015. Este acuerdo logró una reducción de las sanciones económicas internacionales impuestas a Irán por su programa nuclear. A partir de ahí, Rohani dejó claro que la situación económica del país mejoraría, algo que no ha ocurrido a efectos prácticos.
3. ¿Cuál es la postura del gobierno ante estas protestas?
En un primer momento, el régimen iraní aceptó, no sin reticencias, las legítimas manifestaciones de los ciudadanos. Sin embargo, el Ejecutivo pidió que las protestas se produjeran de forma pacífica y sin violencia. A medida que subía el nivel de tensión por las calles de la capital, Teherán, y por las principales ciudades del país, el Gobierno acusó a los “enemigos de Irán” de estar detrás de las manifestaciones. A partir de ahí, se sucedieron los duros enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. "Los enemigos de Irán han usado distintas herramientas como dinero, armas, política y aparatos de inteligencia para crear disturbios en la República Islámica", llegó a decir el ayatollah Ali Khamenei, la máxima autoridad religiosa del país. El balance, una semana después, 21 muertos y más de 1000 detenidos. Como contrapartida, miles de personas han salido a la calle en las últimas horas a favor del líder supremo Khamenei y de Rohani.
4. ¿Qué repercusión ha tenido en el panorama internacional?
Uno de los primeros en expresar su opinión sobre las protestas fue el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El mandatario estadounidense ya dejó claro nada más alcanzar la presidencia que se negaba a certificar el acuerdo nuclear alcanzado por su predecesor, aunque tampoco lo rechazaba. Y, una vez más, a través de su cuenta de Twitter, señaló: "Estados Unidos está mirando con atención las violaciones a los derechos humanos". Por otro lado, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha declarado que el Gobierno iraní tiene que respetar las manifestaciones, siempre y cuando se mantenga el orden en las calles. Desde la Unión Europea han pedido también que se permitan las protestas dentro de un marco pacífico y sin violencia.
5. ¿Existe alguna posibilidad de derrocamiento del régimen iraní?
Aún es pronto para saberlo, pero sí que puede provocar cambios significativos en las políticas del gobierno iraní. Se trata de la primera gran movilización desde la llamada “revolución verde” en el año 2009. Esta vez, las protestas han llegado a pequeñas localidades y determinados grupos de la sociedad, que antes no se manifestaban, ahora sí lo han hecho. El problema es tanto por motivos económicos como políticos. Se percibe también una secularización progresiva de la sociedad, algo que no esconden ni los propios líderes religiosos del país. Reconocen, incluso, que las mezquitas no se llenan y que los jóvenes ya no entienden la religión -a nivel político y personal- de la misma manera. Ahora mismo, la sociedad se encuentra dividida. Mientras la gente se echa a las calles para pedir cambios económicos y políticos, también hay un núcleo duro que está dispuesto a defender hasta el final a la República islámica. La Guardia Revolucionaria, distribuida por todos los focos de conflicto por el país, ha dado ya por neutralizada la “sedición”, aunque continúen las protestas.