Roma abre al público el lugar donde Julio César fue asesinado
Se han inaugurado unas pasarelas, a nivel del pavimento, desde donde los visitantes pueden recorrer este tesoro arqueológico del antiguo Campo de Marte
Roma - Publicado el - Actualizado
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El área arqueológica de Largo Argentina, en el centro de Roma, hasta el momento tan sólo se podía admirar desde el exterior. Allí se encuentran los restos de cuatro templos romanos de excepcional importancia histórica de la época republicana. A escasos metros, bajo el actual Teatro de Pompeyo se encuentra el lugar donde el 15 de marzo del 44 a. C., Julio César fue asesinado.
La plaza es actualmente una auténtica encrucijada en la caótica vida de la capital, bordeada por el tráfico, el transporte urbano, repleta de tiendas y de turistas. Tras una larga fase de reacondicionamiento se han inaugurado unas pasarelas, a nivel del pavimento, desde donde los visitantes pueden recorrer este tesoro arqueológico del antiguo Campo de Marte.
Dos milenios de historia en el Área Sacra de Torre Argentina
El la década de 1920 comenzaron a realizarse importantes descubrimientos en la zona conocida como Largo di Torre Argentina. En aquella década se iniciaron unas obras con el deseo de realizar una enorme plaza al gusto del fascismo italiano, pero como suele ser una constante en la ciudad eterna, durante las excavaciones aparecieron cuatro templos romanos de la época republicana (datados de entre los siglos III y II a. C.), y además los cimientos de la Curia de Pompeyo y la entrada del teatro de Pompeyo, lugar del asesinato de Julio César en los idus de marzo del 44 a. C.
El más antiguo de los templos estuvo consagrado probablemente a la diosa Feronia, protectora de la naturaleza y de la fertilidad, cuyo culto se introdujo en Roma tras la conquista de los Sabinos en el 290 a. C. Los otros tres templos podrían estar dedicados a la ninfa Juturna, deidad menor de las aguas y manantiales, a los Lares Permarini, que protegían a los romanos cuando estaban de viaje, y a la diosa Fortuna en una de sus múltiples formas.
La importancia de este área sacra es ingente, porque también conserva numerosos testimonios de vida ininterrumpida durante más de 2000 años. Es como si se hubiera realizado un corte transversal de la historia con vestigios que van desde la Roma republicana a la Roma de los emperadores, incluyendo las fases sucesivas de destrucción y reconstrucción a los largo de los siglos, donde se asentaron tanto residencias de familias aristocráticas, como iglesias y monasterios.
Desde ahora es posible pasear a pie de calle, tal como lo hacían nuestros antepasados gracias al mecenazgo de la casa de joyería Bulgari, que en 2019 firmó un acuerdo con el Ayuntamiento de Roma para financiar la restauración de sus monumentos.
Las pasarelas permiten ver de cerca los templos y los numerosos hallazgos arqueológicos procedentes de las excavaciones y demoliciones que tuvieron lugar en la zona entre 1926 y los años 30. A lo largo del recorrido, los visitantes podrán seguir el desarrollo histórico de la zona a través de una serie de paneles ilustrativos con textos y fotografías.
En los espacios interiores se pueden contemplar numerosos hallazgos procedentes de las excavaciones y demoliciones del siglo pasado, desde inscripciones hasta restos de sarcófagos, decoraciones arquitectónicas y dos cabezas de estatuas colosales pertenecientes a divinidades veneradas en la zona.
El acceso está libre de barreras arquitectónicas, lo que facilita la visita incluso en silla de ruedas o con carritos de bebé. Para las personas con discapacidad visual e invidentes, se han creado dos grandes paneles táctiles con indicaciones de todo el complejo.
Las obras no han afectado a la colonia ya histórica de gatos que forma parte de la ciudad, y que además está protegida por las leyes del Estado y del Municipio.
El asesinato de César
En la mañana de los Idus de Marzo, el día 15 en el calendario actual, César fue convocado por el Senado a una reunión en la Curia de Pompeyo.
Cuenta la tradición que los adivinos avisaron al general de los malos vaticinios para aquella mañana: "Guárdate de los Idus de Marzo", le llegó a decir un vidente ciego cuando se dirigía al encuentro en el que encontró la muerte.
A su llegada César fue asaltado y apuñalado por algunos senadores. Tilio Cimbro y Servilio Casca le asestaron los primeros golpes, pero probablemente el que más “dolió” a la víctima fue el de uno de sus lugartenientes, Marco Junio Bruto: "¿Tu también, hijo mío?", pronunció antes de caer muerto, según recuerda Suetonio.
Tras el magnicidio Roma se adentró en una nueva y sangrienta guerra civil entre su sobrino y heredero, César Augusto, y Marco Antonio y los traidores. Augusto puso fin a la era republicana, instauró el Imperio y señaló el lugar en el que se cometió el infame asesinato mediante una estructura de hormigón de tres metros de ancho por más de dos metros de alto.