Tensa calma en Nicaragua a pocas horas de que venza el plazo al Gobierno para dialogar
El país cumple 26 días de una crisis que ha dejado al menos 54 muertos, causada por multitudinarias manifestaciones a favor y en contra de Ortega
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Nicaragua está viviendo una jornada de tensa calma tras los violentos enfrentamientos registrados ayer en varios municipios, y a escasas horas de que finalice el plazo dado por la Iglesia al Gobierno para mostrar "signos creíbles" que avalen la convocatoria de la mesa de diálogo. Este domingo fue un día de recuento de daños, cura de heridos, homenaje a las víctimas, refuerzo de las medidas de seguridad por parte de pobladores y nuevas manifestaciones. Desde primera hora, en varios municipios proliferaron las barricadas para evitar los saqueos y el desplazamiento de las fuerzas gubernamentales. Masaya, conocida como Ciudad de las Flores, amaneció sumida en el caos y la destrucción tras los enfrentamientos ininterrumpidos que se produjeron este sábado entre agentes antimotines y turbas sandinistas en contra de los manifestantes.El opositor Frente Amplio por la Democracia denunció las "intenciones de exterminio" del Gobierno y tildó de desmedido "el odio del régimen ante un pueblo sublevado cívicamente".
Los efectos devastadores de la lucha armada dibujaron un escenario apocalíptico en el que los múltiples obstáculos para acceder a la ciudad, las barricadas de adoquines, los cimientos humeantes de los edificios devorados por las llamas y los locales comerciales saqueados mostraban a las claras el infierno vivido por los pobladores tan solo unas horas antes. Como apoyo a la causa de los manifestantes, centenares de vehículos y motocicletas marcharon desde Managua hacia el departamento de Masaya para mostrar su solidaridad con todos los ciudadanos que sufrieron las embestidas de la represión. A su paso por la carretera que une estas dos ciudades, algunos conductores hicieron sonar sus bocinas mientras levantaban los puños en señal de victoria al mismo tiempo que otros lanzaban bombas artesanales u ondeaban sus banderas. La caravana fue apoyada por centenares de peatones y pobladores que desde los arcenes aplaudían y repartían agua y alimentos a los manifestantes.
"El pueblo de Masaya está eternamente agradecido con este apoyo porque todos estamos en esta lucha para que se pare esta masacre indiscriminada que esta haciendo este gobierno contra el pueblo de Nicaragua", indicó César Sánchez a Efe. "Todo el pueblo está unido porque todo el pueblo está en contra de la tiranía, en contra de la opresión, en contra de la sangre que se está derramando de inocentes", comentó Roberto Salvatierra a Efe. Esta marcha se produjo tan solo unas horas de que la Conferencia Episcopal tenga que valorar si el Gobierno ha cumplido las condiciones necesarias para poder dar inicio al diálogo. En el ambiente parece reinar el pesimismo. El obispo Silvio Báez utilizó sus redes sociales para recordar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) no ha recibido aún consentimiento del Gobierno para visitar el país. "El secretario de la CIDH(Paulo Abrao) asegura que no han recibido anuencia del gobierno para venir a Nicaragua", indicó el líder religioso. "Es lo primero que le pedimos los obispos al Presidente (nicaragüense, Daniel) Ortega", rememoró el obispo en su cuenta de Twitter.
Esta opinión negativa coincidía con la emitida casi a medianoche por el Centro Carter sobre el riesgo que corría el diálogo si continúa la represión. "Presidente Ortega tiene que parar la violencia y la represión ya y demostrar buena voluntad para ir al diálogo. Todo está en riesgo en Nicaragua esta noche", dijo la institución. Otros, como el Premio Cervantes, Sergio Ramírez, parecen más optimistas y creen que las protestas de los jóvenes cambiaron a Nicaragua para siempre. "Si bien la tarea no está terminada, Nicaragua cambió para siempre, el silencio, la sumisión, el temor, se quedaron en el siglo pasado. La ética de nuestros muchachos nos libró del peor de los males de la conciencia que es el miedo", escribió en Twitter el escritor nicaragüense.
Nicaragua cumple 26 días de una crisis que ha dejado al menos 54 muertos, causada por multitudinarias manifestaciones a favor y en contra de Ortega, que iniciaron con protestas en contra de unas reformas a la seguridad social y que continuaron debido a las víctimas mortales de los actos represivos.