Una postal llega a su destino un siglo después de que fuera enviada

A través de un post en Facebook, una joven estadounidense explica cómo ha recibido una postal enviada un siglo atrás

Una postal llega a su destino un siglo después de que fuera enviada

Patricia Blázquez Serna

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Imagina una mañana cualquiera. Te levantas, desayunas y sales de casa con total normalidad. Vas al supermercado, a trabajar, a dar un paseo... y cuando vuelves y te dispones a comprobar el correo descubres algo extraño. Un pedazo de papel que, curiosamente, destaca entre las facturas de la luz o del gas.

Exactamente eso es lo que le ha ocurrido a Brittany Keech, de 30 años. Vive en una pequeña localidad de Belding con algo menos de seis mil habitantes, en el estado estadounidense de Míchingan. A través de un post en su cuenta personal de Facebook ha contado el episodio. “Parece una carta muy antigua”, explicaba. A continuación, anunciaba que desearía poder entregar la misiva a algún miembro de su familia.

Sin embargo lo más curioso no fue el hecho de recibir una carta antigua, sino que la misiva en concreto data del 29 de octubre del año 1920. Es decir, Brittany había recibido una postal que se había enviado un siglo atrás.

"Mi padre se está afeitando y mi madre dictándome vuestra dirección"

La carta que recibió Brittany decía así: "Queridos primos. Espero que os encontréis todos bien. Nosotros estamos bien en general, pero madre anda muy floja de las rodillas. Hace un frío horrible aquí. Acabo de terminar mi clase de historia y dentro de nada me voy a la cama. Mi padre se está afeitando y mi madre dictándome vuestra dirección", describe la persona que escribe la misiva. Una tal Flossie Burgess había remitido aquella carta. Sin más información que aquella: un simple nombre. Brittany se encontraba ante una carta cargada de misterios e incógnitas que sabía que tenía que resolver.

Una postal llega a su destino un siglo después de que fuera enviada

Fotografía de la postal recibida por Brittany.

Dentro de su estupefacción, Brittany quiso cerciorarse de que realmente se encontraba ante una misiva con más de un siglo de antigüedad. Efectivamente, la dirección era correcta pero el destinatario al que iba dirigida la carta no era ella, sino un hombre.

Inmediatamente Britanny pidió ayuda a través de redes sociales: “¿Alguien conoce a esta persona? Falta su primer nombre. Está fechada el 29 de octubre de 1920”. A continuación, solicitaba ayuda de los usuarios de la plataforma para encontrar a alguno de sus familiares, y de esta forma, poder entregarles aquella misiva.

"Cruzo los dedos"

Britanny se puso en contacto con diversas cadenas televisivas americanas, para las que además concedió entrevistas. Todo con el único fin de encontrar a alguien que conociera a aquella persona a la que se dirigía la postal.

Brittany finaliza su post advirtiendo que seguirá “actualizando la publicación a medida que sepamos mas”. Mientras tanto “cruza los dedos”.

Una misiva con la superficie aparentemente antigua y arrugada a causa del paso del tiempo, que aún a día de hoy, tras casi un siglo, lleva consigo un mensaje que ha perdurado durante muchos años. Un mensaje que a algún familiar le gustaría leer para conservar consigo durante un siglo más.

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