Voces desde La Habana

Esto piensan algunos habitantes de La Habana sobre el proceso de sucesión en Cuba, la figura de Miguel Díaz-Canel y sus expectativas de futuro.

A screen displays an image of late Cuban President Fidel Castro during a ceremony to mark the 57th anniversary of the declaration of the socialist character of the Cuban Revolution in Havana

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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LOS CUENTAPROPISTAS

Emilio, no quiere decir su apellido, tiene 25 años y es cuentapropista. Bueno, lo fue. Animado por la apertura a la iniciativa privada abrió una pequeña tienda de frutas y verduras que le traían de fuera de la capital. Pero el año pasado, “de la noche a la mañana me lo cerraron”. Ahora vende tarjetas de conexión a Internet en el centro de La Habana al doble de precio de las tiendas oficiales para sacarse un dinero y ayudar a su familia. “Los alimentos siguen muy caros y es imposible que la gente viva del salario que cobra”.

Es de los pocos cubanos que no dice tener una carrera y que ha ido trabajando en cualquier cosa que le saliera.

Emilio no confía en grandes cambios ni tampoco en las bondades del relevo generacional, algo, a su juicio, es una estrategia del gobierno de cara al mundo “para que la gente del exterior piense que tenemos una democracia”.

“Yo le pediría al nuevo presidente que saliera y caminara los barrios de La Habana y viera la necesidad que tienen las personas, que tienen ganas de hablar y de opinar y de que este país cambie”, afirma el joven. No obstante, pese a ser crítico, dice no tener nada personal contra Díaz-Canel e intenta ver el vaso medio lleno. “Uno nunca pierde la esperanza, quizás es la persona ideal”.

Alejandra Morales tiene un discurso más oficialista. Es abogada y acaba de abrir con su hija una tienda de recuerdos hace poco más de un mes. “Vamos a ver cómo viene, estamos esperando a ver qué pasa”, dice al referirse al nuevo líder. Una cosa positiva que ve en él es su edad. “Ahora tiene que abrirle el camino a la juventud”. También recuerda que uno de los asuntos pendientes es acabar con la doble moneda, que les complica la vida “Lo que tenemos en Cuba no es malo, es bueno; lo malo es la economía y es lo que yo quisiera que cambiara”.

Morales se queja de que ahora no llegan tantos turistas, no sabe si por el huracán del año pasado o porque el presidente estadounidense Donald Trump volvió a endurecer el discurso. Pero presume de tener paciencia. “Tenemos que esperar”.

EL EXDIPLOMÁTICO CUBANO

Carlos Alzugaray trabajó hace tiempo en el servicio exterior cubano pero estos días ejerce de analista ante los medios internacionales y parece ofrecer la nota discrepante dentro del mensaje de continuidad de los medios oficiales. “Hay que cambiar, hay que cambiar”, reitera en cada entrevista que le hacen.

Alzugaray no duda en calificar a Díaz-Canel como un “discípulo” de Raúl, el hombre que consiguió en poco más de una década lo que su hermano no modificó en años, y apuesta por “acelerar” ese camino “sobre todo porque hay una promesa de crear un socialismo prospero y sustentable y esa promesa parece estar ahora bastante lejos”.

El exdiplomático no oculta que la isla pasa por un momento complicado pero dice que la gente confía en esta nueva generación para que el proceso se agilice. “Los cambios en cuba es tienen que ser al ritmo y paso que nos permita la vida”, sentencia.

LA VOZ DISIDENTE

Entre la oposición más dura prolifera un discurso fatalista. “Va a ser más de lo mismo. Cuba no va a cambiar hasta que no cambie el sistema, un sistema fracasado, y hasta que no cambien las leyes que están presentes en nuestro país y que nos incriminan”, afirma Berta Soler, líder de las opositoras Damas de Blanco.

A su juicio este traspaso será similar a lo que hizo Fidel Castro, “que le pasó el mandato a Raúl y aquí todo continúa igual y hasta peor, puesto que no hay respeto a los derechos humanos”.

Sobre Miguel Díaz-Canel asegura que “es un títere más de Raúl” que también podría empeorar las cosas porque quiere acabar con las Damas de Blanco. Su mensaje, si le viera cara a cara, sería claro.

“Le diría que no está legitimado por el pueblo de Cuba porque el pueblo de Cuba no lo ha elegido, le diría que es muy importante, para que se le respete, que vaya a las urnas, a unas urnas donde existan elecciones libres y sin coacción y donde seamos capaces el pueblo de elegir por votos quién es el presidente”.

EL EMPRESARIO EXTRANJERO

Xulio Fontecha, presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba, que agrupa a más de 230 compañías, cree que se ha exagerado mucho este relevo que él califica de “importante pero no trascendental” y que inicia un proceso de “evolución dentro de la Revolución” al ritmo que impongan los cubanos y no los actores externos.

“Hay que estar atentos a lo que en materia económica va a ocurrir en los próximos años”, advierte, porque, a su juicio, puede haber sorpresa, aunque no quiere aclarar cuales.

Su mensaje para el nuevo gobierno es pedir que se aplique la legislación que ya existe, leyes que están “en situación de letargo pero que podrían incentivar más la inversión extranjera, un factor que beneficiará a todos pero que el gobierno de la isla todavía ve con cierta desconfianza aunque es la única manera en la que las autoridades puedan mantener sus servicios sociales, afirma.

Y entre todos los sectores no le cabe duda de que el turismo es la gran gallina de los huevos de oro y un terreno en el que los empresarios españoles tienen mucho que aportar, debido a su experiencia y liderazgo. Eso sí, recuerda que necesitan que Madrid les apoye, por ejemplo, con ese viaje de los leyes o del presidente del Gobierno que todavía sigue pendiente.

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