Línea editorial 27/1/2025
Aceptar al diferente es el alimento de la democracia
Los gobiernos de Colombia y Estados Unidos han vivido en las últimas horas tensiones por una deportación de migrantes que, inicialmente, Gustavo Petro no quería aceptar
Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
Los gobiernos de Colombia y Estados Unidos han vivido en las últimas horas tensiones por una deportación de migrantes que, inicialmente, Gustavo Petro no quería aceptar. Al final el presidente colombiano ha dado su brazo a torcer. Trump ha querido dar especial publicidad a las deportaciones que se han producido desde el pasado viernes. No son las primeras. También con Biden se deportaba y se deportaba mucho. La novedad es que Trump ha provocado el miedo entre los 11 millones de migrantes irregulares que viven en el país y que son esenciales para mantenerlo en pie.
Parte de Europa se escandaliza. Pero la “coalición progresista” de Olaf Scholz en Alemania, hace unos meses, antes de que se convocaran las elecciones, endureció su posición sobre el control de las fronteras y las expulsiones. En Dinamarca los socialdemócratas asumieron ya desde 2015 un discurso que se parece mucho al de los partidos más duros de la derecha. Trump no es una anomalía, es una exageración de un modo de entender la política que se ha adueñado de buena parte de Occidente.
Más allá del necesario control de las fronteras, lo que está en crisis es la evidencia sencilla de que es posible, necesario y conveniente vivir con el que tiene otra forma de sentir, de pensar y de ver el mundo. Necesitamos a los migrantes, es un deber moral y jurídico acoger a los refugiados, pero no tenemos ni energía ni claridad cultural para hacerlo. Vivir con el otro, aprender del otro, crecer gracias al otro es el alimento de toda democracia. Y eso es lo que en este momento muchos rechazan.