En camino, con esperanza
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Madrid - Publicado el
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El Papa está en Bélgica, un pequeño país, en el corazón de Europa occidental, que acoge la sede de las principales instituciones de la Unión Europea. Francisco ha viajado hasta él desde Luxemburgo, otro de los pequeños países que conforman la vieja Europa. Antes de su encuentro con la comunidad de alumnos y profesores de la Universidad de Lovaina, cuyo 600 aniversario celebrará el Papa, ha tenido un encuentro con los Reyes y la sociedad civil.
Bélgica, en la centralidad de Europa, en el cruce entre la tradición francófona y germánica, entre el sur y el norte, adquiere la imagen de un puente, ha subrayado el Papa. La imagen, que evocó también en su más reciente viaje a Timor, es una de las más queridas por Francisco. El puente permite la comunicación y el encuentro, facilita la relación y ayuda al intercambio, es siempre un camino de ida y vuelta, así como un espacio de acogida.
Bélgica, y toda Europa, posee una memoria común en la que afloran grandes bienes culturales, sociales y políticos. Hay que actualizar esta memoria para que los valores de paz y concordia que han animado al viejo continente sean una opción de futuro guiada por la apertura a la vida frente al invierno demográfico, y la esperanza frente a la amenaza de la guerra. La Iglesia quiere ser signo de esperanza “sin entusiasmos volátiles ni pesimismos sombríos”, sino con la certeza de que los débiles propósitos humanos están sostenidos por Dios.