J.L. Restán | Línea Editorial

Entre la extorsión y el estigma

La historia de las víctimas del terrorismo etarra debe ser contada, escrita y conocida.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La historia de las víctimas del terrorismo etarra debe ser contada, escrita y conocida. Es parte de la reparación debida a quienes fueron extorsionados, perseguidos, y en demasiados casos, asesinados. Confebask, la Confederación empresarial vasca ha decidido homenajear a una parte importante de esas víctimas.

Los empresarios vascos vivieron durante decenios entre el miedo y la extorsión. El mal llamado impuesto revolucionario fue la sentencia de muerte que ETA les mandaba por correo o mediante intermediarios para exigirles la financiación de sus acciones criminales. Muchos resistieron, otros abandonaron su tierra, otros vendieron sus negocios… pero todos padecieron, además de la extorsión, la soledad y el estigma social.

La resistencia empresarial frente al terrorismo fue heroica. Si pagaban, cometían delito; si no pagaban, sabían que ETA iba a atentar contra ellos. Y todo en medio de un silencio muchas veces cómplice, que se llegó a convertir en el ambiente dominante.

El acto de memoria y reconocimiento al empresariado víctima del terrorismo ha congregado en Bilbao a familias, representantes de asociaciones sociales y económicas, así como miembros de las instituciones políticas. Estaban quienes debían estar. Que no lo olviden aquellos que no han sido invitados. Entre las víctimas y los verdugos no hay equidistancia posible.