Un fracaso en toda regla
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Ayer se sustanció el previsto rechazo del parlamento británico al acuerdo sobre la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Por mucho que se haya hablado del “Brexit” todavía no se entienden bien las razones del fatídico referéndum convocado por los conservadores británicos sobre la salida o continuidad de su pertenencia a la Unión. No se trataba solo de una cuestión económica, insuficientemente explicada, sino de un deseo de recuperar una orgullosa soberanía perdida en aras de la solidaridad europea. Gran Bretaña se encuentra ahora prisionera en su laberinto, sin saber por donde salir.
La primera consecuencia de la mayor derrota sufrida por un Gobierno en toda la historia del país, será la inminente votación de una moción de censura, inmediatamente presentada por la oposición laborista. Puede darse la paradoja de que May sobreviva gracias al voto de los diputados norirlandeses. Pero después habrá que convocar elecciones anticipadas o un nuevo referéndum para volver a negociar con la Unión Europea, que hasta ahora se ha mantenido firme a la hora de evitar nuevas concesiones.
El resultado de este disparate es que pierden los británicos, algo que van a descubrir amargamente en los próximos años, pero también pierde el conjunto de la Unión, que sale debilitada en un contexto internacional que necesita una Europa fuerte y unida en torno a sus valores fundacionales.