La libertad que nadie les puede arrebatar

El Papa ha hecho pública hoy una Carta al Pueblo de Dios que peregrina en Nicaragua, con el deseo de hacerse presente en estos momentos tan difíciles que los católicos están viviendo y recordándoles que la confianza que siempre han mostrado en el Señor y en la Iglesia son dos grandes faros que iluminan su existencia. “En los momentos más difíciles, donde humanamente se vuelve imposible poder entender lo que Dios quiere de nosotros, les ha escrito el Papa, estamos llamados a no dudar de su cuidado y misericordia”. Francisco alienta “a los queridos hermanos del pueblo nicaragüense” a caminar también junto a María de la mano poderosa del rosario, para seguir con tesón la vía del Evangelio. Es ahí, ha dicho significativamente el Papa, “donde se cobija la libertad de las hijas y los hijos de Dios, que nadie nos puede arrebatar”.

Son muchos los lugares donde hoy se persigue de diferentes formas a los cristianos. Nicaragua ocupa un lugar muy destacado. La persecución y el hostigamiento directo, especialmente a sacerdotes y obispos, no ha dejado de crecer de la mano del gobierno de la pareja Ortega-Murillo. Los obispos de los países de Centroamérica han convocado una jornada de oración para unirse el próximo día 8 en un clamor de fe, esperanza, paz y libertad en solidaridad con la Iglesia en Nicaragua, que afronta una desafiante realidad. Tras eliminar todo rastro de oposición política y social, la Iglesia se ha convertido en el último dique frente a la tiranía del régimen, que parece estar dispuesto a llegar hasta el final.