J.L. Restán
Línea Editorial: Un debate inútil e innecesario
Como es esperaba, el debate del pleno del Congreso sobre la supuesta corrupción del Partido Popular, se ha convertido en un episodio más del largo proceso de acoso al que está sometido al presidente Rajoy desde que votado presidente del Gobierno por la misma Cámara. Aquellos famosos “papeles de Bárcenas”cuya autenticidad ha negado el propio Rajoy, han formado el lodo en el cual saltan con fruición los partidos de la oposición para alcanzar lo que no obtuvieran en la urnas: gobernar el país. Lo más notorio del debate es que el presidente Rajoy casi se ha limitado en su primera y larga exposición a dar una lección de derecho político a quienes tratan de derribarlo y decirles, en sustancia, que la única forma constitucional de derribarlo es una moción de censura. Pero cada interviniente tenia prefijada la posición de su discurso: el PSOE para pedir la dimisión; Podemos para ausarlo de haber mentido en su reciente comparencia en la Auencia Nacional y Ciudadanos para recordar que existe una Comisión de investigación del Congreso donde Rajoy tendrá que responder a las preguntas de los diputados bajo juramento.Es decir, que el circo sigue… pese que, como recordó Rajoy, a lo largo de los últimos cuatro años ha comparecido nada menos que 52 veces, urgido por la oposición, para que hablase de lo mismo, además de exponer la decena de leyes aprobadas para dar transparencia a la gestión pública. Pero cada momento de la historia tiene su excusa para que la oposición vuelva a sus obsesiones. Lo llamativo es que ese momento coincide con los retos del terrorismo y del separatismo propugnado por la Generalitat. Es decir, cuando más falta hace la unidad de los partidos y más puede dañarse la labor de gobernar a la que, como era lógico, Rajoy no renuncia por muchas que sean las dificultades.
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Madrid - Publicado el - Actualizado
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