Madrid - Publicado el - Actualizado
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Eran las 8:30 de la mañana en Madrid cuando en el metro de Londres se produjo una explosión. Las primeras noticias difundidas por la policía hablaban de incidente y de un paquete sospechoso. Ya sabemos que se trata de un atentado terrorista causado por la explosión parcial de un artefacto casero. Londres se ha convertido en una de las ciudades de Europa más castigadas por el terrorismo yihadista. De hecho, los atentados en Londres parecen haber dejado de ser inesperados.
La falta de pericia de quien ha preparado los explosivos, algo parecido a lo sucedido en Alcanar el pasado 16 de agosto, ha hecho que en el suburbano de Londres no haya que lamentar víctimas mortales. Pero nada debiera confiarse a la buena o la mala suerte.
Corremos riesgos y hay que hacerles frente en el terreno policial, pero también político, social y cultural. Luchar contra la amenaza terrorista supone reforzar a la policía, desarrollar la colaboración ciudadana y evitar, a toda costa, que el miedo o la resignación, cuando no la rabia, se adueñen de la ciudadanía europea, desafiada a reencontrar sus propias raíces, sus motivos para luchar, para construir y para vivir.