Más allá de las mayorías parlamentarias

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Soldados y personalidades durante el izado de bandera en la celebración del Día de la Constitución en el Congreso de los Diputados en Madrid
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Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Ayer se celebró el 46 aniversario de la Constitución, una buena ocasión para recordar una cuestión esencial de los trabajos que se llevaron a cabo para su redacción. La Constitución la elaboraron las Cortes que habían salido de las elecciones de junio de 1977, las primeras elecciones democráticas tras la dictadura. En el mes de agosto se constituyó la ponencia para redactar el anteproyecto. Hubo siete ponentes, los conocidos como padres de la Constitución. UCD, que había ganado con un 34,4 % de los votos, tenía tres ponentes, y Alianza Popular, que había sido la cuarta fuerza, contaba con un ponente. UCD y Alianza Popular podían imponer su criterio frente a los tres ponentes del PSOE, del PCE y de la llamada minoría catalana. Se corría el riesgo de que la Constitución del 78 volviera a ser, como la mayoría de las de los siglos XIX y XX, una constitución que representara solo a una parte de España. Se corría el riesgo de dejar fuera a más de la mitad de los votantes.

Los socialistas se lo hicieron ver a Adolfo Suárez. Y el entonces presidente del Gobierno encargó a su hombre de máxima confianza, Fernando Abril Martorell, que negociara con Alfonso Guerra el texto constitucional. Así lo hicieron durante semanas en un proceso paciente que les llevaba noches enteras. Los dos representaban al 74 por ciento de los votos. Sin esta voluntad de acuerdo, que iba más allá de la aritmética parlamentaria, muchos aspectos que habían dividido a los españoles durante mucho tiempo, como la regulación de la libertad religiosa o el derecho a la educación, no se hubieran resuelto con un amplio acuerdo.

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