J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL
En memoria del P. Jacques Hamel
Hace un año el anciano sacerdote francés Jacques Hamel fue asesinado por dos yihadistas mientras celebraba la eucaristía en su parroquia de la localidad normanda de Saint Etienne du Rouvray. Fue un acontecimiento que conmovió al mundo y que ahora ha sido recordado con una celebración eucarística, presidida por el arzobispo de Rouen, en la que han participado las más altas autoridades de la República, con el Presidente Macron a la cabeza La apertura de la fase diocesana de la causa de beatificación de Jacques Hamel es un dato más del impacto que ese martirio causó en la conciencia cristiana. El Papa Francisco afirmó en la apertura de la causa que “su ejemplo de coraje, de vaciarse de sí mismo para ayudar a los otros, de hacer hermandad entre los hombres, nos debe ayudar a avanzar sin miedo”. Como ha señalado el arzobispo de Rouen en su homilía, la vida y la muerte del padre Hamel es el testimonio de quien habla el lenguaje del amor frente a los que pervierten el nombre de Dios para realizar actos inhumanos. Su martirio durante la celebración de la eucaristía, presencia elocuente de Cristo, príncipe de la paz, significa el abrazo a un mundo que necesita construir la fraternidad universal. El martirio del P. Hamel nos recuerda que el misterio de la cruz purifica la iniquidad del tiempo y de las formas desviadas de comprender y practicar la religión, al tiempo que es fruto de la fecunda semilla del cristianismo en la historia.
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Madrid - Publicado el - Actualizado
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